Adela Peralta es una mujer especializada en risas pues ha dedicado su vida entera a la alegría. Con 87 años de edad, ella se califica como la payasita mas longeva de México.
Pero recientemente, tras el desastre causado por el terremoto en México, ella ha logrado provocar en su público algo más que risas.
Esta valiente mujer no ha llenado de una gran admiración, pues sobrevivió unas asombrosas 32 horas bajo los escombros.
Hoy, la felicidad no es solo de sus espectadores sino también de ella misma, quien considera que fue un milagro su rescate y recuperación.
Adela Peralta ha vivido toda su vida para el escenario y los aplausos.
Sin embargo afirma que no había escuchado nunca un aplauso tan especial como el de los rescatistas y bomberos al momento en que la sacaron de entre los escombros.
El equipo de rescate ya tenían 32 horas trabajando en el edificio de Adela.
Al principio lograron sacar a muchas personas vivas, pero conforme fue pasando el tiempo el número de cadáveres aumentaba.
Por eso cuando encontraron a Adela, la última persona del edificio, los rescatistas estaban muy emocionados al constatar que se encontraba con vida.
Se puede ver como uno de ellos se introduce entre los escombros para lograr asegurar a Adela y sacarla rápidamente del derrumbe.
La alegría tras el rescate es impresionante, se puede notar como este momento le devolvió a todos las fuerzas y las esperanzas.
Es como sí la alegría que esta mujer había tasmitido toda su vida también le llegara a los hombres y mujeres que estaban alrededor.
Humorista, maga, madre de tres hijos y hasta campeona mundial de pesca, Adela no la tuvo fácil durante las 32 horas que esperaba su rescate.
La puerta de su hogar se había bloqueado con escombros apenas comenzó a temblar y ella quedó atrapada en una posición realmente incómoda.
Ella tuvo alucinaciones con cachorros y niños jugando. También se preocupaba por su familia, si habían sobrevivido.
Todo esto lo presenció una de las hijas de Adela, quién estaba extremadamente nerviosa.
Ante la gravedad del asunto ella no soportó más la espera y con la varita mágica de su madre en la mano comenzó a decir encatamientos.
Tiki Tiki, el alter ego de su madre fue su fortaleza e inspiración en esos momentos de oscuridad.
«¡Bibidi babidi bu!, que Tiki Tiki aparezca aquí»
Así decía la mujer esperando por su madre mientras los rescatistas alrededor pensaban que la pobre había perdido la cabeza por la histeria y la desesperación.
Pero ella perseveró confiando en la fortaleza de su madre y con la esperanza firme de que la encontraría viva.
Ya durante las últimas horas del rescate ella tuvo que hacer uso de toda esa fortaleza para defender la vida de su madre con todas sus propias fuerzas.
La anciana mujer era la única persona que quedaba entre los escombros.
Tras muchos cuerpos sin vida que habían recuperado, entre el cansancio y la desesperación algunos hombres alrededor insistían en usar maquinaria pesada para recuperar el cuerpo.
De no haber sido por los esfuerzos de su hija la vida de Adela hubiera acabado irónicamente tras sobrevivir el segundo gran terremoto de su vida.
En 1985 otro movimiento telúrico de 8,1 grados sacudió la ciudad de México, pero Adela no sufrió heridas.
En esta ocasión la anciana mujer presentó algunas fracturas y heridas en el esófago; pero al preguntarle qué pretende al salir del hospital ella responde con firmeza:
«Estoy viva y a las vivas. Voy a vivir, vivir y vivir.»
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