Por muy divertida que sea la playa, siempre debemos recordar la cantidad de peligros que pueden existir cuando estamos en ella. El paseo de esta familia pudo convertirse en algo fatal, aunque gracias a la ayuda de muchos desconocidos de buen corazón lograron salir de la terrible situación que los apresaba y pudieron vivir para contarlo.
Todo sucedió en una playa de Panama City, en Florida, donde los 6 integrantes de la familia Ursrey: Roberta Ursrey, su esposo de 31 años, su sobrino de 27, su madre de 67, y sus dos hijos, Noah de 11, y Stephen de 8, se vieron atrapados por la fuerte marea.
El momento de pánico empezó por los infantes de esta familia que se encontraban jugando con sus tablas de boogie en el momento en que fueron arrastrados por la fuerte corriente marina.
Tabatha Monroe y su esposa, Britanny, que se encontraban en la playa para celebrar su cumpleaños, escucharon los gritos de ayuda de los chicos y fueron las primeras personas en acudir a su rescate.
Lamentablemente, la fuerza de la corriente fue mayor que sus deseos de ayudar a los chicos, por lo que también se encontraron apresadas por la marea. Ellas nadaron hasta los chicos, tomaron las tablas de boogie para llevarlos hasta la orilla, pero estos esfuerzos no dieron frutos.
Tratamos de nadar recto o salir de la corriente por los lados, pero nada funcionaba”, cuenta Tabatha. “Estaba agotada”.
Y así el grupo de personas en peligro fue aumentando, los siguientes en unirse fueron el resto de los integrantes de la familia Ursrey junto a otras personas que intentaron hacer todo lo posible para salvarlos.
Al ser un sábado por la tarde en la temporada alta de la playa de Panama City, el lugar estaba lleno de personas. Unas de ellas era Jessica Simmons y su esposo, Derek. Jessica que es de Alabama, dijo que fue criada en una piscina y en un lago desde que empezó a gatear, así que decidieron actuar de inmediato.
Pidiendo a gritos la ayuda de las personas en la playa para forma una cadena humana, capaz de salvar la vida de los playeros en problemas.
“Esta gente no se va a ahogar hoy. No va a suceder. Vamos a sacarlos del agua”, pensó para sí misma Jessica, que estaba decidida a no ser una de las tantas que intentaron ayudar y solo se vieron arrastradas por la marea.
Esta pareja reunió a más de 80 personas, algunas que no sabían nadar, pero que no lo veían como un impedimento en su deseo de ayudar para llegar a los Urseys; junto con algunas tablas de surf para ayudar en el rescate.
Ese día no había salvavidas de turno por lo que todo quedo en las manos de los bañistas que se encontraban en la playa. “Yo sé que soy una nadadora muy buena. Viví prácticamente en una piscina. Sabía que podía ir y llegar a ellos”.
Con sus tablas de surf, Jessica y su marido, junto a la inigualable ayuda de los que estaban en la cadena humana, llegaron al grupo donde empezaron a sacar los niños pasándolos por la cadena humana hasta que llegaron a playa.
Al llegar a Roberta Ursrey, la madre de 34 años, se dieron cuenta que apenas podía mantener la cabeza fuera del agua.
Pensé, voy a morir de esta manera. Mi familia va a morir aquí. Simplemente no puedo continuar. Me desmayé porque ya no podía hacerlo”, dijo Roberta, que se despertó cuando ya estaba en la orilla. “El agua te lleva con ella, casi se llevó a nueve personas ese día”.
Pero esta terrible historia no se pone mejor para los Ursrey, cuando la madre de Roberta, Barbara Franz, empieza a tener un ataque al corazón en el agua. Franz le decía a sus rescatistas que la dejaran ir y salvaran a los demás, pero el marido y el sobrino de Ursrey, no se dieron por vencidos y pusieron todo su empeño en mantener a flote a esta señora, mientras intentaban tener sus propias cabezas fuera del agua.
Fue por los amantes de la playa y la gracia de la voluntad de Dios, que estamos aquí hoy”, dijo la Sra. Ursrey. “Se unieron muñecas, piernas, y brazos. Si había alguien allí, estaba ayudando… Esto mostró que hay gente buena en el mundo”
Casi una hora después del inicio de la lucha, todos los nadadores en peligro estaban a salvo en la orilla, mientras que los que pusieron su vida en riesgo para salvar a estas personas fueron recibidos con un aplauso a la playa.
La ayuda médica ya estaba esperando por la Sra. Franz y por Brittany Monroe, ambos fueron llevados al hospital cercano inmediatamente. Con Monroe siendo dada de alta por un ataque de pánico y Franz aun es observación tras tener un ataque masivo al corazón y un aneurisma aórtico en el estómago, pero de momento se encuentra estable.
Ver personas de diferentes razas y géneros entrar en acción para ayudar a unos totales extraños ¡es absolutamente increíble. Las personas ni se conocían, pero fueron de la mano en línea al agua para tratar de alcanzarlos. Solo detente un minuto e imagina eso”, dijo Jessica.
Esto es una excelente muestra de lo que pueden lograr las personas si trabajan juntos y en equipo. Hoy lograron salvar la vida de muchos, esto es una hazaña que solos, sin haberse unido como lo hicieron, dificilmente hubiesen logrado.
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