A veces nos cuesta comprender cómo pueden existir seres humanos tan despiadados, capaces de atentar contra la vida de otros de las maneras más crueles con total indiferencia para satisfacer sus caprichos enfermizos.
La historia del asesino en serie Joseph Roy Metheny, de 62 años causó conmoción en el mundo, este hombre fue condenado a dos cadenas perpetuas por el asesinato de dos mujeres y por confesar hasta 10 homicidios en 1990 solicitando la pena de muerte.
En el año 1998 fue sentenciado a pena de muerte, pero posteriormente esta sentencia se anuló en una apelación y lo condenaron a dos penas de cadena perpetua sin libertad condicional.
Este hombre mutilaba a sus víctimas y las vendía como carne de barbacoa a la orilla de la carretera.
Joseph, de 62 años cumplía la condena en la cárcel de Maryland en el Instituto Correccional Occidental de Cumberland, y fue encontrado muerto el pasado sábado 05 de agosto en su celda. Están investigando las causas de su fallecimiento.
El acusado confesó que cortó el cuerpo de las víctimas para venderlos como carne en la carretera, mató a dos mujeres, Kathy Spicer, de 23 años, y Cathy Ann Magaziner, de 39 años. Pero también confesó el asesinato de otras personas.
También, fue condenado por asesinar con un hacha a dos hombres sin hogar que vivían bajo un puente. Los cargos de esos homicidios fueron retirados por falta de pruebas.
En la cárcel confesó que sus deseos insaciables de asesinar comenzaron después de que su esposa se volviera adicta a las drogas y huyera de su casa junto a su hijo de seis años de edad.
En julio de 1994 reconoció a una mujer, Cathy Ann Magaziner, en un bar y la llevó a su casa. Joseph trabajaba en una empresa de almacenamiento en Baltimore, la empresa quedaba en un callejón sin salida y él tenía las llaves del lugar. Allí trasladó a Cathy, para cometer un crimen horrible.
Le confesó a la policía que mantuvo relaciones sexuales con ella para después estrangularla con el cordón de una extensión y enterrarla en una tumba poco profunda cerca del lugar.
Los investigadores le preguntaron a Joseph qué lo había motivado a cometer el asesinato y él respondió: “Sentido de poder. No lo sé. Estaba vulnerable. Me temía. Llámalo como quieras. No tenía ninguna justificación real además de que me guste hacerlo No sé cómo describirlo”.
El asesino durante su condena relató los escalofriantes crímenes que cometió, en reiteradas oportunidades dijo que vendió los cuerpos de las víctimas como carne apta para el consumo humano engañando a sus clientes en un puesto de barbacoa que manejaba. A este menú lo llamaba “carne especial”.
Es desgarrador lo que hizo, muchas personas perdieron la vida a manos de este cruel asesino y en medio de tanto dolor, los familiares de las víctimas no pudieron darles el último adiós con el respeto que merecían.
No se conformaba con arrebatarles la vida sino que además les causaba un sufrimiento terrible mutilando sus cuerpos para que después fueran consumidos por otras personas.
El desenlace fatal que tuvo este hombre tras las rejas les ha brindado consuelo a muchas personas que manifestaron su repudio por sus delitos. Mientras que otros comentan en las redes sociales que debió permanecer el resto de su vida sufriendo dentro de su celda.
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