En 1997, Bobbie McCaughey dio a luz a siete hijos, cuatro varones y tres mujeres. La noticia de este milagro se extendió por todo el mundo, porque los bebés de McCaughey fueron los primeros septillizos que sobrevivieron a su nacimiento.
Kenny, Kelsey, Natalie, Brandon, Alexis, Nathan y Joel son sus nombres. La crianza de los septillizos fue un gran logro para Bobbie y su marido Kenny, y todo el mundo que tiene hijos puede entender por qué.
Pero a pesar de todas las dificultades, estos niños estuvieron rodeados por el tierno amor y cuidado de sus padres.
¡Este año los famosos niños McCaughey celebraron su cumpleaños número 21! Se convirtieron en jóvenes increíbles que ya saben lo que quieren ser cuando crezcan.
Bobbie y Kenny querían tener un segundo hijo, así que decidieron que recibirían un tratamiento de fertilidad, cuando se enteraron que Bobbie estaba embarazada de 7 bebés quisieron tenerlo, a pesar de que los médicos trataron de disuadirlos por los riesgos que esto implicaba.
Los 7 hermanos nacieron con bajo pesos, el más pequeño pesaba 1,13 kilos y el más grande pesaba 1,5 kilos. Los médicos apoyaron en todo momento a los pequeños, lograron sobrevivir y crecer sanamente.
Alexis y Nathan nacieron con problemas de parálisis cerebral, sin embargo, fueron intervenidos en una cirugía y ahora viven muy bien, están sanos y estudian con normalidad.
Hubo muchas personas y fundaciones que ayudaron a la familia, pues sabían que su situación era difícil. Su padre ha trabajo muy duro para mostrarles la importancia de conseguir cosas por su cuenta mediante el esfuerzo constante.
La hija mayor de los septillizos se llama Mikayla, solo es un año mayor que sus hermanos, ella ha ayudado a cuidarlos desde que eran pequeños.
Cada uno tiene metas distintas, ya han decidido lo que quieren llevar a cabo. Brandon se va a Ejército después de la secundaria; Alexis quiere ser un educador; Natalie quiere ser maestra de escuela primaria; Kenny Jr. espera para una carrera en la construcción; Nathan y Joel van a convertirse en programadores, y Kelsey canta en el coro de Iowa y quiere convertirse en un cantante profesional.
Los septillizos están a punto de graduarse de la Universidad y pronto dejarán el nido. «Cuando todos se vayan, va a ser muy drástico el cambio, dijo su padre Bobbie. «De hecho, la casa que nunca ha estado tranquila, estará muy vacía».
Es impactante esta historia, no solo que hayan sobrevivido a un embarazo de alto riesgo, sino todo el esfuerzo que implica criar a 8 bebés al mismo tiempo.
Pero esta familia nos regala una lección de esperanza y fortaleza que vale la pena compartir.