Los habitantes no podían dar crédito a lo que veían cuando vieron el barco a la deriva, que arribó a la costa, en la isla de Sado, al noroeste de Japón.
Se trataba de un auténtico barco fantasma, de madera, en muy malas condiciones. La presencia de la embarcación que apareció de la nada, ya era impactante. Pero cuando descubrieron lo que había en su interior, el pánico se sembró en toda la población.
El terrorífico hallazgo consistió en 5 esqueletos humanos y 2 cabezas, también humanas.
Medios locales japoneses revelaron que las autoridades fueron notificadas del suceso y desde entonces se ha abierto una investigación para descubrir la causa de la muerte de las víctimas, y por qué algunos cadáveres estaban sin cabeza.
Los informes revelan que la embarcación provenía de Corea del Norte, a juzgar por las letras que se han encontrado pintadas en el casco, según reveló la emisora japonesa NHK.
Mide 7,6 metros de eslora, 4,3 metros de manga y dos de puntal.
Lo más impactante del caso es que es el segundo hallazgo similar en la isla de Sado, sucedido durante el pasado mes de diciembre.
Las autoridades informan que la llegada de barcos «fantasma» a las costas de Japón, procedentes de Corea del Norte, es relativamente frecuente.
Se cree que se trata de personas que tratan de escapar por mar, del régimen comunista de Kim Jong, debido a la grave crisis económica y social, y la escasez de alimentos.
Otros apuntan a que las víctimas son desertores o espías del régimen represivo vigente en el país norcoreano.
La exposición a la inclemencia del tiempo y el hambre son las explicaciones más probables de la muerte de los miembros de la tripulación durante los meses de invierno.
«Generalmente llegan vacíos o contienen sólo restos humanos», informan.
No se ha podido confirmar si las cabezas pertenecían a los cinco cuerpos o si pertenecían a otras dos personas. Los investigadores describieron los cuerpos dentro del naufragio como parcialmente esqueletizados.
Presumen que el barco permaneció a la deriva durante bastante tiempo
La pobreza y la falta de alimentos están obligando a los norcoreanos a pescar más lejos de casa, lo que los pone en riesgo de muerte.
Es estremecedor pensar en todo lo que tuvieron que vivir esas pobres personas a la deriva, tras verse obligadas a buscar mejores condiciones de vida porque simplemente no tenían otra opción. El resultado es absolutamente trágico, pero quedan muchos interrogantes y la población exige respuestas.
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