Irremediablemente, el ser humano tarde o temprano debe afrontar la realidad de la enfermedad o la vejez, que de no ser por las atenciones que recibe de sus familiares y de los profesionales de la salud que están a su lado, sería francamente muy difícil de sobrellevar.
Y es que enfermar o envejecer es algo que nadie nace aprendiendo, pero indudablemente es una etapa de la vida a la que todos nos enfrentaremos algún día. Lo que sí es cierto es que dependiendo de las personas que estén al lado del paciente, tal situación puede ser más o menos llevadera.
Es justamente lo que Sara Rodríguez ha querido enfatizar con la emotiva carta publicada en su red social hace menos de una semana y en poco tiempo es ya un fenómeno viral en la red.
Se trata de un texto escrito por otra colega suya, auxiliar de enfermería, Rebeca Vicente, en el que desmonta los prejuicios sociales que existen contra ciertos trabajos como el suyo, tareas que tienen que ver directamente con el bienestar y el confort del paciente, pero que absolutamente nadie le da el valor que merece una «limpiaculos», como lo ha llamado en su publicación.
Rebeca revela lo «orgullosa» que se siente con su trabajo de auxiliar de enfermería, pero que lamentablemente en la sociedad, es una ocupación que pasa totalmente desapercibida, porque precisamente lo suyo es pasar ocultos, haciendo las tareas más básicas que tienen que ver con la atención del paciente: tomar muestras, cambiar sábanas, vigilar al paciente de cerca… Y por supuesto, ¡limpiar culos!
Y se manifiesta indignada al ver cómo la gente etiqueta su trabajo como algo denigrante, haciendo un llamado de atención y recordando que algún día todos envejeceremos o enfermaremos, y entonces, probablemente necesitemos de su ayuda.
«Hoy volví a escuchar «trabajar aunque sea limpiando culos» y no es ni la primera ni la octava vez que lo escucho», comienza la carta de Rebeca que Sara la viralizó en su red social, y que a la fecha tiene más de 200.000 me gusta y ha sido compartida más de 180.000 veces en Facebook.
El orgullo de limpiar culos.Hoy volví a escuchar " trabajar aunque sea limpiando culos" y no es ni la primera ni la…
Publicada por Sara Rodriguez Martinez en Martes, 29 de mayo de 2018
«Siento la necesidad de reivindicar mi trabajo y de gritar al mundo lo orgullosa que estoy de él. Sí señores y señoras, orgullosa de limpiar culos, cortar uñas, lavar cabezas, vestir, duchar, alimentar y cuidar a personas, sí, sí, a personas, que no pueden hacerlo por sí mismas», continúa la publicación.
«Está claro que no todos valemos para todo. Yo por ejemplo no podría trabajar en algo que me exigiese mentir, como un banquero o algo por el estilo. Y sin embargo esa es una profesión muy valorada, por el contrario enfrentarte a la mía es como lo último de lo último. Pues yo os digo a vosotros/as usuarios de Facebook, que en vuestra inmensa mayoría nunca habéis necesitado que nadie os «limpie el culo» que: ojalá nunca necesitéis que alguien os lo haga. Pero si llegado el momento eso fuera necesario, yo o cualquiera de mis compañeras que son unas profesionales como la copa de un pino, estaremos dispuestas a ayudarte y de hacer que tengas la mejor calidad de vida posible, y siempre con buen humor».
El reclamo de Rebeca radica en el criterio que impera en la sociedad para calificar a un trabajo u otro como digno. Y ciertamente, todos sabemos que cuando por vivencia propia o porque algún familiar ha tenido que pasar sus días en la cama de un hospital, si algo agradable puede haber detrás de permanecer ingresado, es la amable atención de las auxiliares de enfermería.
¿Por qué subir a tu perfil de Linkedin una actualización de cambio de trabajo como CEO de una gran empresa, emprendedor o banquero, puede garantizarte un prestigio profesional a todos los niveles? ¿Y por qué, al contrario, decir «Soy Auxiliar de Enfermería» podría causar desvío de miradas, y hasta cierta «compasión» de tu interlocutor que piensa: Pobre, le toca «limpiar culos»?
Finalmente, Rebeca hace una petición:
«Por favor, no utilicéis la expresión «limpiar culos» con desprecio, porque tal vez un día alguien tenga que hacerlo por vosotros y creedme que os vais a sentir agradecidos»
Más adelante, Rebeca publicó que ella era la autora del escrito y que su amiga Sara fue quien se encargó de viralizarlo.
Yo soy la autora del texto y Sara lo viralizó.
Publicada por Rebeca Vic en Lunes, 4 de junio de 2018
Un texto repleto de sentido común, que en poco tiempo ha logrado viralizarse por las razones correctas. Esperamos que este escrito llegue a todos los rincones de la tierra, porque profesiones como estas son las que merecen ser aplaudidas, mientras ellos bajo el anonimato siguen sirviendo al prójimo, sin brillar, sin que nadie lo reconozca, todos los días…
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