En el mundo hay personas honradas que hacen de todo por salir adelante pese a las grandes dificultades que se les puedan presentar, y un ejemplo claro de este tipo de gente es el joven Taivan Clemerson.
Este chico de Balsas en el estado brasilero de Maranhão se hizo viral en las redes hace un año cuando ganó un par de zapatos patrocinado por un influencer local. Pero ese sería sólo el primer paso para que su vida cambiara para siempre.
En el momento de ser sorprendido no pudo evitar las lágrimas.
Una antigua maestra de Taivan lo encontró en la calle después de años sin verlo e hizo una publicación sobre lo orgullosa que estaba del joven emprendedor.
Cuando el nombre de Taivan comenzó a circular en las redes, el influencer Francisco García decidió regalarle calzado nuevo para que trabajase más cómodamente.
García también sorprendió al joven y a su compañero con cavas nuevas y bultos de agua y gaseosas para comercializar.
En ese momento, algunos medios se interesaron por la historia del chico que con sólo 24 años se desempeñaba en tres oficios: recolector de latas, camarero y micro empresario.
Taivan utiliza este traje para atraer a los clientes.
Clemerson está casado y vive con su esposa en la casa de su madre, además de su padrastro, hermana y un sobrino de tres años. Sólo él y su padrastro estaban trabajando, así que el chico sentía una gran responsabilidad sobre sus hombros.
El primer empleo del joven fue como recolector y de ese ingresó compró algunas botellas de agua para vender en la calle. En vista de que el negocio no iba muy bien, Taivan pensó en vestirse de camarero para captar la atención de sus clientes y la estrategia le resultó.
Las necesidades que pasaban lo motivaban a luchar por una vida mejor.
“Nunca podremos avergonzarnos de lo que hacemos, siempre he trabajado y lucho todos los días para ganar en la vida. Cuando empecé no tenía cava, no tenía ropa ni condiciones, pero no me aferré a las dificultades, conseguí un zapato de mi tío, pedí prestado una cava y voy a vender mi agua todos los días”, dijo el joven.
Para el 2019 la abuela de Taivan fue diagnosticada con cáncer de ovario y el chico también le colabora con el tratamiento.
“Con el dinero del agua, ayudo con los gastos aquí en casa. Ahora también pagamos los costos del tratamiento del cáncer de mi abuela. Como no hay tratamiento aquí en la ciudad, le pagamos transporte para que se vaya a la ciudad de Imperatriz”, explicó Taivan.