Vicky Russel y su esposo Ascott Daly habían esperado durante muchos años el momento de poder convertirse en una familia más grande y darle la bienvenida a su primer hijo. Sin embargo, Vicky sufre lupus, razón por la cual habían tenido que posponer una y otra vez el momento de buscar un embarazo.
La pareja vive en la localidad de Melksham al sur de Inglaterra.
Los médicos de Vicky le indicaron que lo mejor para su salud y la de su futuro bebé era que comenzara a buscar el embarazo solo cuando lograra alcanzar 6 meses de remisión del lupus. Ascott y ella no estaban dispuestos a rendirse, así que lo hicieron todo para poder comenzar a buscar a su futuro bebé.
El lupus se caracteriza por largos ciclos de exacerbación y remisión.
Después de 4 largos años finalmente lograron que el lupus entrara en remisión y justo 3 semanas después una prueba de embarazo les confirmó que pronto se convertirían en padres.
“Sentí muchos nervios ya que sabía que había muchos riesgos y posibles complicaciones al tener un embarazo con lupus”.
Las primeras semanas de embarazo, Vicky tuvo que ser ingresada una y otra vez en el hospital ya que tenía náuseas matinales severas. Más adelante, poco después de la semana 16, los médicos les dieron una dura noticia. Habían detectado calcificaciones en el hígado del bebé y esto podía indicar serios problemas.
“Nos hablaron de la posibilidad de que nuestra hija naciera con Síndrome de Down o fibrosis quística. Hablaron sobre terminar el embarazo pero no queríamos esa opción”.
Vicky se encontraba en su semana 21 de embarazo y no podía imaginar que su tan esperada bebé no lograra nacer. Los médicos y ella acordaron que lo pensarían y lo discutirían un mes después pero no hubo tiempo para eso. Dos semanas después Vicky se puso de parto y comenzó a temer lo peor.
A las 16 semanas de embarazo Vicky supo que su bebé sería una niña.
En el Hospital le dieron medicamentos para posponer el parto. Todavía faltaban muchas semanas para que la bebé lograra crecer más fuerte antes de su nacimiento.
“Estuve recibiendo antibióticos. El riesgo de infección era muy alto porque ya había roto aguas”.
Días después la enviaron a casa pero esa misma noche comenzó a sufrir dolores de parto. Al regresar al hospital descubrieron que sufría una infección así que la bebé tendría que nacer lo más pronto posible. Lyla nació después de 26 semanas de embarazo pesando tan solo 700 gramos y su condición era tan delicada que nadie pensó que lograría sobrevivir.
“Nunca había sentido tanto amor en mi vida hasta que vi el milagro que era mi hija”.
Días después de nacer muchos de sus órganos digestivos se vieron afectados al contraer sepsis. Tuvo que recibir cirugía para extirpar parte de su intestino, pero la pequeña Lyla jamás dejó de luchar por su vida y sorprendió a todos al lograr sobrevivir. Después de pasar 115 días en el hospital, la luchadora Lyla finalmente ha sido dada de alta y podrá regresar a su hogar para pasar la primera Navidad con su familia.
“Planeamos tener una Navidad muy tranquila. Nosotros tres y nuestro perro”.
A pesar de los terribles pronósticos, esta bebé demostró mucha fuerza y ganas de vivir. Ahora podrá crecer junto a los padres que tanto habían esperado su llegada.
Te invito a compartir esta nota para desearle a esta hermosa familia la Feliz Navidad que tanto se merecen junto a su pequeña.