La mujer de esta historia tenía la vida que siempre soñó, realmente pensaba que nada podía ser mejor y que era muy afortunada. Trabajaba como enfermera, tenía una hermosa hija y un matrimonio feliz, o eso creía.
Un lunes por la tarde Becca Goedecke, se dirigía a casa desde su trabajo, justo dos días después de la fiesta de cumpleaños de su hija, y descubrió que habían sido desalojadas. Todas sus pertenencias fueron arrojadas como basura, incluso habían cambiado las cerraduras.
“Me había estado mintiendo durante años y, lamentablemente, mi crédito se había arruinado por su culpa. No tenía idea de lo fácil que era abrir tarjetas de crédito y obtener préstamos personales a nombre de un cónyuge. ¡Más tarde descubrí que él tenía otra hija! ¡No había vivido más que mentiras durante casi una década de mi vida! ¿Cómo podría la vida ser tan cruel?”, dijo Becca.
Al estar demasiado tiempo sola, recurrió a las redes sociales para interactuar con viejos amigos y despejar su mente por un rato. Ahí un conocido le envió el contacto de un padre soltero.
Todo salió mejor de lo que Becca imaginaba y la relación entre los dos se volvía cada vez más cercana.
“Me mostró su puntaje de crédito, su cuenta bancaria y sus pagos hipotecarios actualizados. Era una persona honesta, abierta y amorosa”, afirmó Becca.
“Algunas personas dirán que nuestro matrimonio está condenado. Ambos estamos divorciados y nos casamos 4 meses después de nuestra primera cita. Ambos tenemos un drama de ex cónyuge y actualmente estamos involucrados en una batalla de custodia. Tenemos todas las probabilidades en contra de nosotros, pero vamos a superarlas”, asegura Becca.
Su historia de amor es una prueba de que no hay que rendirse, porque siempre llegará algo mejor. En ocasiones la vida puede decepcionarnos y ponernos a prueba, pero no hay nada de lo cual no se pueda obtener una gran enseñanza y, cada obstáculo, nos hace crecer en sabiduría y experiencia.
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