Con la llegada del verano, las altas temperaturas pueden convertirse en la ocasión perfecta para pasar un buen día de piscina o jugar en el parque. Sin embargo, es importante mantenernos alertas para velar por la seguridad de todos, especialmente los más pequeños de la casa.
Beka Setzer tuvo que pasar por una dura experiencia que puso en riesgo la salud de su hija; así que decidió compartir lo sucedido para alertar a todos los padres.
Beka y su familia viven en Ohio, Estados Unidos.
Emmalee estaba jugando con el aspersor del jardín de su casa para poder disfrutar la calurosa tarde. Hacia el final de la tarde su madre la llamó para cambiarla, quitarle la ropa húmeda y asegurarse de que la pequeña descansara.
Fue allí cuando notó que había algo muy extraño en todo el cuerpo de su hija. Se trataba de unos diminutos puntos negros que cubrían todos sus piernas e incluso parte de su cuello.
Emmalee actualmente tiene tres años de edad.
Lo primero que pensó Beka era que se trataría de una simples manchas o restos de barro del jardín, pero cuando se acercó con más atención notó que eran larvas de garrapatas. Eran tan diminutas que parecían semillas pero se movían por todas partes y estaban picando a su hija.
Las garrapatas permanecen en forma de larva hasta que se alimentan de sangre por primera vez y su anatomía cambia.
Decidió cambiarla de inmediato y asegurarse de que todos estos pequeños insectos salieran de allí. Los quitó uno por uno y perdió la cuenta cuando la cantidad pasó de más de 150. Muchos de ellos se encontraban incrustados mientras picaban a Emmalee y otros simplemente estaban caminando por su cuerpo.
Emmalee despertó al día siguiente con fiebre, mucha debilidad y un ganglio linfático inflamado.
Al día siguiente, Emmalee sufrió una reacción alérgica. Había recibido tantas picadas que todo su cuerpo estaba cubierto por pequeñas costras rojas. Beka se acercó al jardín e inspeccionó con mucho cuidado la zona en la su hija había estado jugando.
Allí encontró el nido de estos mínimos insectos y los atacó de inmediato con un fuerte insecticida.
Las garrapatas tienen huevos en el césped y desde ahí buscan animales de que alimentarse.
Una vez que llegaron a Emergencias los médicos realizaron constantes pruebas para asegurarse de que no se tratara de la enfermedad de Lyme. Por fortuna, los resultados fueron negativos, pero como las picadas eran tantas decidieron comenzar de inmediato un fuerte tratamiento de antibióticos.
Como el ganglio no paraba de inflamarse, se vieron obligados a quitarlo ya que podía afectar la garganta de la pequeña Emmalee.
Cada garrapata hembra puede poner más de mil huevos a lo largo de año.
La dulce niña ya se encuentra completamente a salvo gracias a la rapidez con la que actuó su madre. Sin embargo, deberá realizarse pruebas anuales para seguir descartando la enfermedad de Lyme.
“Espero que muchos padres puedan comprender el peligro de esto. Yo no sabía que existían en forma de larvas tan pequeñas”.
Con la llegada del verano en muchas partes del mundo, Beka ha decidido compartir su historia para que los padres estén atentos a todo tipo de insectos, especialmente estas extrañas larvas de garrapata.
Comparte este caso para ayudar a velar por la salud de pequeños en todo el mundo.