Un padre de 68 años, habla meses después del inesperado fallecimiento de su hija en un accidente. Adrian Roper perdió a su hija Bethan el diciembre pasado, cuando la joven chocó contra la rama de un árbol, mientras iba asomada por la ventanilla del tren que va entre Bath y Bristol.
Bethan Roper, del Gales del Sur, regresaba a casa después de un viaje de compras navideñas con unas amistades cuando perdió la vida.
En el tren desde Bath, la joven decidió inclinarse por la ventanilla de la locomotora que viajaba a 136 kilómetros por hora, y fue impactada por la rama de un árbol. El golpe resultó mortal para la joven de 28 años.
Su padre la recuerda como una joven apasionada y entregada a las causas sociales. La humanidad y la justicia eran sus principales motores de vida.
De hecho, la joven egresada de la Universidad Metropolitana de Cardiff con una licenciatura de primera clase en política e historia, era una activista comprometida. Bethan trabajaba en el Consejo de Refugiados de Gales y fue presidenta de la filial de Cardiff West del Partido Socialista.
«Mi familia y yo no podríamos estar más orgullosos de ella. Bethan siguió las causas de su corazón y vivió la vida más plena y verdadera, sin perder un segundo.
A veces siento que es como si algo dentro de ella supiera que su tiempo en la tierra podía ser limitado, por lo que se aseguró de vivir la vida al máximo y no desperdició un solo talento o segundo», expresó el Sr. Roper.
Este hombre recuerda a su hija como una joven alegre y entusiasta. Tras su partida, considera que no hay nadie que haya conocido a Bethan y no reconozca el impacto positivo que la chica haya tenido en su vida.
La joven era de las personas que no soportaba ver el sufrimiento de otro sin intentar ayudarlo, y su ejemplo ha influido positivamente en el propio comportamiento del Sr. Roper.
«Ella era el tipo de persona que no pasaría de largo ante una persona sin hogar sentada en la calle. No puedo decir que siempre he sido lo suficientemente comprensivo con alguien que estaba temblando en la calle para detenerme, hablar y ayudarle, pero ella siempre lo fue. Y ahora me cuesta mucho más pasar sin sacar mi bolso porque sé que eso es lo que ella habría hecho”, expresó el padre.
Adrian Roper recuerda las vacaciones que pasó junto a Bethan en el 2004 y entre esos recuerdos felices también rememora la última vez que vio a su hija. La joven se despidió de su padre al salir de casa.
Ninguno podía pensar que sería la última despedida. Durante el viaje, Adrian y la chica intercambiaron algunas llamadas, hasta el 1 de diciembre cuando la policía le informó del accidente.
“Dos policías jóvenes tuvieron que llamar a la casa y realizar uno de sus deberes más difíciles, pero lo hicieron con sensibilidad. Para nosotros fue simplemente horrible, el peor momento en la vida de cualquier padre«, comentó el Sr. Roper.
Ahora, Adrian se ha convertido en el director ejecutivo de la organización benéfica Cartrefi Cymru, pues planea continuar con las acciones altruistas de su hija. Este padre desea que la memoria y el ejemplo de Bethan permanezcan intactos.
Por esa razón ha creado, junto a algunos familiares y amigos, un par de organizaciones benéficas que comenzarán a funcionar muy pronto.
Ambas instituciones llevan el nombre de la joven: la Fundación Bethan Roper para Refugiados y la Fundación Bethan Roper para Let Sharks B. Además, el Sr. Roper planea seguir los pasos de su hija en sus propios sueños y está motivado con la idea de visitar México, pues es un país al cual Bethan deseaba conocer.
Después del trágico accidente, este hombre ha encontrado un sentido a través de las metas que tenía su hija. Comparte su inspiradora historia.