Bethany y Hannah Goralski son dos hermanas de Illinois, Estados Unidos, de 24 y 25 años cuyo rostro le ha dado la vuelta al mundo, en 2018 perdieron a su papá, Mark Goralski, a causa de insuficiencia renal causada por la enfermedad de Crohn.
Cuando su padre esperaba un donante Bethany tuvo la iniciativa de someterse a las pruebas de compatibilidad para donar su riñón, pero los médicos no aprobaron el trasplante.
Mark ya se había sometido a un trasplante renal en el año 2011, pero no podía resistir a otro. Los médicos aseguraron que su estado de salud era muy delicado para una cirugía como esa.
Lamentablemente, el estado de Mark era muy delicado como para resistir la operación. Su pronóstico era el peor, y sus hijas tuvieron que despedirse de él para siempre.
Un año después del fallecimiento de Mark, sus hijas quisieron rendirle un homenaje devolviéndole la esperanza a otras personas que se enfrentaran a la dura situación que había vivido su familia.
Así que ambas donaron uno de sus riñones para evitar que alguien perdiera la vida por no encontrar una persona compatible. Las hermanas se operaron con 24 horas de diferencia y se apoyaron en el proceso de recuperación.
“Solo queremos asegurarnos de que al menos dos familias no sufran lo que nosotras vivimos meses atrás”, dijo una de las hermanas en una entrevista que ofreció.
Su caso ha causado conmoción, miles de personas han expresado su admiración por su noble gesto. “Ha sido una experiencia increíble”, comentaron ellas.
Las hermanas desean que a través de su experiencia puedan inspirar a otras personas, sobre todo jóvenes, a convertirse en donante de órganos.
“Somos jóvenes y sanas, nuestra recuperación solamente ha requerido 10 días”, comentó una de ellas.
Su caso le está dando la vuelta al mundo, en las redes sociales han surgido muchas reacciones al respecto.
Ellas decidieron salvar vidas sin importar cualquier riesgo y aseguran que los demás jóvenes deberían seguir su ejemplo porque frente a las implicaciones de la operación pesa más lo gratificante de haber salvado a alguien.
«No me arrepiento ni un poco de la decisión que he tomado, mi papá ayudaba a todos los que lo necesitaran, seguro que estará orgulloso de lo que hicimos mi hermana y yo por dos desconocidos que luchaban por sobrevivir», dijo Bethany.
A través de su gesto seguramente muchos se inspirarán a donar sus órganos para darle una oportunidad de vivir a otra persona. Comparte su caso.