Bilal Quintyne, un joven de 24 años, se caracteriza por llevar una vida saludable y activa, y como de costumbre, salió a trotar un día cualquiera por las calles de Smyrna, Georgia. Mientras hacía su recorrido se encontró con una señora que permanecía inmóvil en su silla de ruedas eléctrica, a la cual se le había gastado la batería y por tanto, se encontraba varada en la mitad del camino.
Happy Friday! Today's EDAGL salute for kindness definitely goes to Bilal Quintyne! When he came upon a woman in an electric wheelchair whose battery had died, the woman asked if he would call for help. Bilal pushed the woman home – over a mile – in 90 degree heat. Have you ever pushed an electric wheelchair?! EDAGL salutes you, Bilal. And loves your quote toward the end.
Publicada por EDAGL – Everybody Deserves A Good Life en Viernes, 6 de julio de 2018
Ella le preguntó al joven si la podía ayudar a llegar a casa y él no dudo en ponerse a su disposición a pesar de que la temperatura subía a 32°C y algunas de las calles eran pendientes. Simplemente el hombre empezó a empujar la silla en la dirección que la señora le iba indicando.
Ante el sofocante calor, el hombre se quita la camisa y dice: “Cuando Dios te llama a ayudar, se supone que debes ayudar. No importa por lo que estés pasando. Cuando él te detiene para que ayudes, debes ayudar, punto”.
Finalmente, después de unos 30 minutos de camino, llegan a su destino. La mujer no puede hacer otra cosa que agradecerle con lágrimas en los ojos por su gran esfuerzo; un acto totalmente desinteresado.
Quintyne publicó el vídeo el pasado 5 de mayo junto con el siguiente texto:
“El plan de Dios. El trabajo de Dios. Su batería se acabó y no sabía cómo iba a llegar a la casa. Dios me bendijo con un cuerpo fuerte. Entonces la empujamos hasta la casa. Una milla o no, no iba a irme a casa hasta que ella estuviera en su casa. Punto”.
Desde entonces el vídeo se ha hecho viral con más de 67.000 compartidos.
Conocer este tipo de historias es alentador, es saber que todavía hay personas que se destacan en medio de un mundo egocentrista y muchas veces insensible frente a la necesidad de los demás. Podemos darnos cuenta una vez más que los héroes sin capa sí existen.
El acto solidario de este héroe anónimo nos hace recuperar la esperanza, un gesto pequeño puede cambiar la vida de alguien y puede inspirar a otras personas replicarlos. Merece la pena que los actos así sean reconocidos y aplaudidos por todos.
Seguramente esta mujer jamás podrá olvidar al generoso joven que se sensibilizó con su situación ayudándola sin importar las consecuencias.
¡No olvides compartir este generoso gesto de ayuda para que tus amigos vean que aún hay bondad en este mundo!