Ella le preguntó al joven si la podía ayudar a llegar a casa y él no dudo en ponerse a su disposición a pesar de que la temperatura subía a 32°C y algunas de las calles eran pendientes. Simplemente el hombre empezó a empujar la silla en la dirección que la señora le iba indicando.
Ante el sofocante calor, el hombre se quita la camisa y dice: “Cuando Dios te llama a ayudar, se supone que debes ayudar. No importa por lo que estés pasando. Cuando él te detiene para que ayudes, debes ayudar, punto”.
Finalmente, después de unos 30 minutos de camino, llegan a su destino. La mujer no puede hacer otra cosa que agradecerle con lágrimas en los ojos por su gran esfuerzo; un acto totalmente desinteresado.
Quintyne publicó el vídeo el pasado 5 de mayo junto con el siguiente texto:
“El plan de Dios. El trabajo de Dios. Su batería se acabó y no sabía cómo iba a llegar a la casa. Dios me bendijo con un cuerpo fuerte. Entonces la empujamos hasta la casa. Una milla o no, no iba a irme a casa hasta que ella estuviera en su casa. Punto”.
Desde entonces el vídeo se ha hecho viral con más de 67.000 compartidos.
Conocer este tipo de historias es alentador, es saber que todavía hay personas que se destacan en medio de un mundo egocentrista y muchas veces insensible frente a la necesidad de los demás. Podemos darnos cuenta una vez más que los héroes sin capa sí existen.
El acto solidario de este héroe anónimo nos hace recuperar la esperanza, un gesto pequeño puede cambiar la vida de alguien y puede inspirar a otras personas replicarlos. Merece la pena que los actos así sean reconocidos y aplaudidos por todos.
Seguramente esta mujer jamás podrá olvidar al generoso joven que se sensibilizó con su situación ayudándola sin importar las consecuencias.
¡No olvides compartir este generoso gesto de ayuda para que tus amigos vean que aún hay bondad en este mundo!