Britney Spears, la Princesa del Pop, se presentó este miércoles ante una corte de Los Ángeles para hablar por primera vez sobre la polémica tutela que su padre, James Spears, ejerce sobre ella desde el año 2008.
Tras 13 años de un tormentoso silencio, ofreció al fin contundentes declaraciones que han dado la vuelta al mundo.
Recordemos que en 2007, considerada un ícono de la música, tocó fondo y terminó rehabilitándose por drogas. Tras salir de la clínica se afeitó la cabeza con una navaja frente a los paparazzi que perseguían hasta su sombra. Poco después, la Corte determinó que estaba incapacitada para gobernar su vida y sus finanzas.
Como consecuencia, James Spears asumió el control total de su carrera y de su vida entera, lo que recibe el nombre jurídico de «curatela» (conservatorship).
Según las leyes de Estados Unidos, consiste en el nombramiento de un tutor o protector por parte de un juez para administrar los asuntos financieros y/o la vida diaria de otra persona debido a la vejez o limitaciones físicas o mentales.
Pero ahora la cantante de 39 años ha roto su silencio revelando todo lo que ha sufrido en manos de sus tutores. En la audiencia salieron a la luz detalles que conmocionan al mundo.
«Mi padre me ingresó forzosamente a un centro de rehabilitación, por el cual yo tenía que pagar $60,000 dólares al mes, le rogué y le lloré por más de una hora para que no lo hiciera, él simplemente lo disfrutó”, dijo Britney.
Pidió que la tutela termine de una vez por todas, aunque no haya terminado el tiempo de ser evaluada.
Cuando la jueza Brenda Penny dijo que la audiencia debería mantenerse en privado, Britney se opuso rotundamente: «Interfirieron en mi vida, así que siento que debería ser una audiencia abierta en la corte y deberían escuchar y oír todo lo que tengo que decir».
Añadió datos sobre su condición más íntima como mujer que dejó a muchos sin palabras:
«Quiero casarme, quiero ser mamá de nuevo. Pero mis tutores no me dejan ir a un médico para sacarme el DIU, no quieren que tenga hijos», denunció Britney, quien ya es madre de Sean y Jayden Federline.
Confiesa que carece de privacidad absoluta, ni siquiera en su casa podía ver a su novio ni a sus hijos, si no hacía lo que le pedían. Y fue mas lejos aún con una declaración impactante: «Mis tutores me ven mientras me desnudo».
Dijo además que exponerla mediáticamente era una estrategia perfecta de su familia para manejarla mejor. «Eligieron uno de los lugares más expuestos de Westlake, en el cual ayer los paparazzi me tomaron fotos saliendo en llanto del lugar. Es humillante y desmoralizante».
«No quiero ser humillada por los paparazzi que se ríen mientras lloro».
CONTROL SOBRE SU CARRERA
En cuanto a su carrera profesional, denunció que la forzaron a vivir en Las Vegas para su show «Britney: piece of me», entre 2013 y 2017. Su propio manager la amenazó de que si no firmaba el contrato, tendría que buscarse un abogado.
El conflicto de fondo, según sus tutores, parece basarse en que siempre se resiste a lo que debe hacer; pero ella, por su parte, denuncia que todo es en un entono de abusos sin control.
Incluso cuando no acataba una orden del coreógrafo, «era como si hubiera puesto una bomba». «Señoría, no soy la esclava de nadie. Puedo decir que no a un paso de baile», dijo indignada.
Y cuando quiso poner punto final a su estancia en Las Vegas, vino lo peor:
“Dejaron de darme los medicamentos que había tomado los últimos cinco años y me dieron litio. Es una droga fuerte, era como si estuviera borracha».
Aseguró no haber tomado alcohol y culpó de un acto tan mal intencionado a su propio terapista.
Por todo esto, harta de tanto control y manipulación, dijo estar segura de querer demandar a su familia y terminar con la tutela, cuyos términos se mantenían en una fuerte confidencialidad desde el 2008.
«Yo no era buena, era la mejor en lo que hacía. Y me derrumbaron. Me quitaron mis tarjetas, mi pasaporte, mi teléfono, mi privacidad, me obligaban a trabajar y a ir a juntas que no quería ir».
«Me obligaron a decir que soy feliz. Pero era mentira: no soy feliz, no duermo bien, estoy deprimida y lloro todos los días», agregó. Y finalmente, pidió a los jueces: «Las personas que me hicieron esto no deberían poder escaparse de la Justicia tan fácilmente».
Concluyó diciendo que 13 años son suficientes, que toda esa gente se ha vestido, alimentado y vivido gracias a su patrimonio, valorado actualmente en 60 millones de dólares.
Dijo que «merece una vida», porque además ni siquiera sabía que sí era posible por vía legal terminar con esta situación que la ha dejado «traumatizada».
Otra audiencia judicial será programada para el 14 de julio. Para fortuna de la cantante, que cuenta con 31 millones de seguidores en Instagram, ha contado con apoyo masivo en las redes sociales, en las calles, y de celebridades, como las Kardashian, Mariah Carey, entre otras.
Aquí puedes escuchar el audio completo subtitulado en español:
Es lamentable que tantos artistas como Spears, que no son más que víctimas de las adicciones, la fama, y el dinero, tengan incluso que lidiar con sus familiares queriendo despojarlos de todo, incluso de su dignidad y su libertad.
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