La vida no siempre es fácil, pero el universo se encarga de enviarnos ángeles en el camino para hacer más llevadera cualquier situación. Por eso siempre se debe ser agradecido con esas personas especiales y hacer el bien con quienes nos rodean como una forma de tributo a su empatía.
Un hombre nigeriano, Ugochukwu Tony Oputa de Ozubulu, acudió a su página de Facebook para compartir la emotiva historia de la reunión de su padre y tíos con una generosa vendedora que solía darles bocadillos gratis todos los días de camino a la escuela.
Habían pasado al menos 40 años desde entonces, pero para el padre de Ugochukwu los recuerdos en su memoria se mantenían como si hubieran sucedido ayer. La humilde vendedora siempre les tenía deparados algunos bocadillos, los cuales les entregaba sin esperar un centavo cuando asistían a la escuela.
Dado el tiempo transcurrido, el padre de Ugochukwu y sus hermanos creían que la mujer debía superar los 100 años de edad en la actualidad. Parecía una misión imposible, pero decidieron ir a buscarla con la esperanza de encontrarla con vida y poder agradecerle en persona por lo mucho que les ayudó.
“Los hermanos de mi papá aceptaron la idea y, en cuestión de minutos, decidimos conducir y buscar a la mujer, llamada Daada”, comentó Ugochukwu
Sorprendentemente, encontraron la casa de Daada y a ella con vida. Pese a su edad, es sumamente ágil y los recibió con los brazos abiertos, reconociendo de inmediato a “sus niños”, en quienes veía a los hijos que jamás tuvo.
Daada nunca pudo ser madre, por eso fue tan buena con los pequeños estudiantes. Que ellos la visitarán inesperadamente después de muchos años, en recuerdo de su acto de bondad, fue un suceso milagroso para ella.
Antes de irse, la familia de Ugochukwu reunió un poco de dinero para Daada. Ella les agradeció con oraciones y bendiciones. Deseándoles una vida aún más larga que la suya y que pudieran volver a visitarla cuando finalmente llegara su momento de partir al más allá.
Al verlos, Daada los abrazó fuertemente y los bendijo
“No me voy todavía, pero aun así, todos ustedes vivirán más que yo. Como se reunieron hoy, por favor, cuando finalmente deje este mundo, todos deberán venir cuando yo sea sepultada», dijo la dulce anciana.
No cabe duda de que el destino siempre da la oportunidad de agradecer las buenas acciones recibidas. Nunca dudes en hacer el bien y ayudar a los más necesitados, pues nunca sabes cuándo volverás a encontrarlos en el camino.
Comparte esta emotiva historia con todos tus amigos. Recuerda que la empatía y la ayuda nos hacen ser humanos.