Durante el funeral de su mejor amigo humano, un caballo se acercó para darle el último adiós. Y es que, sin importar la especie, el vínculo que establecemos con los animales, y viceversa, es un hecho. Cuando sobreviene la pérdida, solo queda el sufrimiento por la ausencia de ese ser.
El caballo llegó al funeral de su mejor amigo humano y cariñosamente se despidió de él
Cada vez resulta más evidente la gran amistad que pueden llegar a entablar dos corazones de diferente especie, esto va mucho más allá de los perros y los gatos.
Existen diversos ejemplos y formas de demostrar el dolor por la pérdida del ser amado. Es el caso de la historia de este hermoso caballo blanco llamado Sereno, que involucra, además, a un joven desafortunado.
La triste historia se desarrolló en la localidad brasilera de Paraiba. La reacción del equino fue todo un poema. Durante las exequias de su compañero de vida caído, conmovió desde sus cimientos a todas las plataformas digitales del planeta.
Resulta que el hoy occiso, identificado como Wagner Figuereido, de 34 años, era un hombre muy conocido y respetado por todos los vecinos de su ciudad.
Siempre fue muy bien recibido. Muy trabajador, pasaba la mayor parte de sus horas libres con su mejor amigo de cuatro patas.
Entre ambos se llegó a crear una relación indivisible. Lamentablemente, Wagner sufrió un trágico accidente en motocicleta el día de Año Nuevo.
Repentinamente y en la plenitud de su vida, murió. Toda la comunidad de Paraiba quedó desolada con la infausta noticia.
Después del suceso, el día del funeral, los familiares de Wagner decidieron que Sereno debía estar presente. Todos eran conscientes de lo que el animal representaba para él. Mientras vivió, el caballo se convirtió en su fuente inagotable de alegría.
“El día del funeral de Wagner, decidimos que Sereno nos acompañase. Eran los mejores amigos, todo el día juntos, viviendo intensamente”, dijo Wando, hermano de Wagner Figuereido.
Y así fue. Sereno se presentó al sepelio, en el momento conmovedor del paso del féretro, el dulce caballo se acercó al ataúd, que estaba adornado con flores de vivos colores.
Parecía como si el animal hubiese sabido siempre dónde estaba. Que ese sería el último día en que vería a su adorado Wagner. Como expresión de su último adiós, comenzó a relinchar, herido de dolor, como si estuviera llorando.
Durante todo el camino hasta el cementerio, Sereno iba gimiendo y dando coces en el suelo con sus patas. Lo que sucedió a continuación, convirtió al cementerio entero en un valle de lágrimas.
La escena arrugó los corazones de todas las personas presentes en el acto, pero, además, el de los cientos de miles de usuarios. Son muchos los testigos quienes se han conmovido con la publicación.
“Sereno comenzó a dar vueltas en círculos alrededor del ataúd, olisqueando todo el tiempo. Se le veía muy triste. A continuación, empezó a gemir», dijo otro de los asistentes.
No existe una comprobación científica de si en verdad los caballos experimentan los mismos sentimientos que nosotros los seres humanos.
Sin embargo, tan solo de ver la reacciónde Sereno ante la pérdida de su jinete y fiel compañero de aventuras, estamos seguros de que sentía profundamente la ausencia.
En el momento cuando ocurre la pérdida de un ser querido, los animales pueden detectar la ausencia del calor y del olor de esa persona.
Ello puede causar afectaciones en su comportamiento, debido a la baja energía. Pero lo cierto es que el corazón no se equivoca cuando pierde un ser amado.
Tal y como hemos visto en la historia de Sereno y de su mejor amigo Wagner, los caballos son animales muy leales que establecen vínculos de afectividad sumamente potentes. Tanto es así que, cuando el humano fallece, se les queda un enorme vacío en el alma que resulta muy difícil de llenar.