Un sorprendente hallazgo de la cabeza de un enorme lobo salvaje que data de hace más de 40.0000 años, totalmente preservada, ha causado un gran desconcierto entre la comunidad científica.
Fue descubierto sobre el Círculo Polar Ártico por un hombre local, Pavel Efimov, en el verano de 2018, cerca del remoto río Tirekhtyakh, en Yakutia, Siberia, pero no había sido revelado a los medios hasta ahora.
Efimov se encontraba buscando restos de mamuts y cuando lo halló pensó que se trataba de un oso de las cavernas, pero al fijarse en su hocico y su impresionante dentadura supo que era un animal muy diferente.
La cabeza del animal mide 40 centímetros, casi el doble del tamaño de la cabeza de su descendiente moderno, el lobo gris, que es de de 22 a 27 centímetros.
”Este es un descubrimiento único de los primeros restos de un lobo Pleistoceno completamente desarrollado con su tejido preservado. Lo compararemos con los lobos de hoy en día para comprender cómo ha evolucionado la especie y para reconstruir su apariencia”, ha explicado Albert Protopopov, de la Academia de Ciencias de la República de Sakha (Rusia)
Efimov participó de su hallazgo a científicos y los resultados de las investigaciones han sido difundidos en el marco del encuentro internacional sobre mamuts que se celebra esta semana en Tokio, Japón.