Dentro y fuera de los hospitales, a lo largo y ancho de los campos y ciudades del mundo se encuentran diseminados miles de héroes anónimos que ponen en riesgo su integridad en beneficio de la mayoría.
Son los médicos, voluntarios y personal sanitario que luchan sin descanso en la dura batalla contra el coronavirus.
Estos seres comprometidos con el que más sufre estudian, leen y se mantienen actualizados para poder brindar a sus pacientes la mejor información, así como las herramientas necesarias para superar la enfermedad y para muestra, el caso del doctor López Herrera, un hombre excepcional que se ha ganado la confianza de toda la región de Chiapas, México.
Con 14 años liderando la clínica rural del IMSS-Bienestar, en el ejido Nueva Victoria, municipio de Huehuetán, Oswaldo López Herrera atiende sin descanso a los pacientes y aplica los programas de promoción y prevención a la salud entre la población.
Al terminar su jornada laboral, se traslada a la localidad de Huehuetán para atender un modesto consultorio privado que funciona desde hace cuatro años y que hoy, a raíz de la saturación de los hospitales, sirve de dispensario adicional.
El doctor López Herrera ha atendido a 140 personas con posible COVID-19, la gran mayoría con enfermedades crónico degenerativas, hipertensión, diabetes, y obesidad. Luis Fernando Villalobos González tiene 52 años de edad y padece diabetes.
No creía en la enfermedad, por lo que no tomó medidas de prevención y protección y se contagió hace más de 25 días.
Antes de llegar a su consultorio, el doctor López le realizó una visita domiciliaria donde Villalobos registró una coagulación intravascular diseminada y sufrió un preinfarto. De inmediato, el médico procedió a atenderlo.
“Relájate, tranquilo, ya estas afuera de peligro. Gracias. Así, es güichito, es algo muy fuerte, muy duro, pero llegaste a tiempo. Estás en etapa de convalecencia, no te preocupes”, fueron las palabras tranquilizadoras de Oswaldo López Herrera a su paciente.
Así, decidió utilizar anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios en el afectado, uno de los pilares fundamentales en el manejo de víctimas cerebrovasculares.
“A veces, el paciente piensa que lo que le falta es oxígeno, se va todo mundo a comprar oxígeno, cuando lo que está pasando en él es cansancio. Aquí lo único que se necesita es una terapia con anticoagulante plaquetario”, explicó el médico.
Desde ese día cuando logró sacar adelante a Luis Fernando, al llegar a su consultorio, el médico encuentra una fila de pacientes con síntomas de coronavirus. Algunos apartan su lugar desde bien temprano, no importa si llueve o hace sol, esperando que los atienda.
La consulta tiene un costo de 100 pesos (3,80 euros), y ha sido visitada por gente de toda la zona: Tuxtla Gutiérrez, Tonalá, Pijijiapán, Villa Comaltitlán, Huixtla, Tuzantán, Mazatán y Tapachula.
Los médicos, enfermeras y personal sanitario son quienes están en primera línea en la lucha contra la pandemia en 189 países, gente que diariamente pone su vida en riesgo para intentar frenar el avance de la enfermedad.
En muchos casos han estado trabajando en jornadas extendidas y bajo condiciones que no son las ideales y los exponen al contagio. Están exhaustos.
Aún no está claro por qué, pero lo cierto es que el nuevo coronavirus parece afectar más a los trabajadores de la salud que a otros que contraen la enfermedad. Por ello, desde acá rendimos un pequeño tributo a esos hombres y mujeres comprometidos con la vida.
Comparte este acto solidario con tus seres queridos, porque nunca será suficiente el agradecimiento a estos seres sacrificados, valientes e imprescindibles.