Carlos Correa es un padre soltero que se ha convertido en ejemplo de lucha y perseverancia, su esfuerzo ha convertido su historia de vida en una admirable historia de superación.
Logró titularse de abogado tras 22 años de dificultades, todos los días se levantaba a las 4.30 de la madrugada para estudiar, luego llevaba a sus hijos al colegio.
Desde muy temprano comenzaba su jornada laboral, al dejar a sus niños de 9 y 11 años en la escuela, se iba a vender cartones de bingo en la esquina 20 de febrero y Figueroa Alcorta, en Buenos Aires-Argentina.
Carlos logró titularse de abogado después de 22 años de lágrimas y lucha
Siempre tuvo presente que quería graduarse de abogado, aunque comenzó sus estudios cuando era muy joven, se le presentaron múltiples inconvenientes, por lo que tuvo que posponerlo. Pensaba que aunque su realidad era muy distinta a la de sus compañeros, él también tendría su momento de gloria y haría realidad su sueño.
Su tiempo era distinto pero se mantenía fiel a sus proyectos, hoy finalmente lo logró y no puede estar más feliz.
“Soy creyente y sé que Dios me ayudó muchísimo. Por supuesto, yo hice mi parte, me esforcé un montón y estoy orgulloso de eso. A mis hijos les enseño que para triunfar en la vida hay que trabajar y estudiar”, comentó Carlos.
Aunque no contaba con las herramientas indicadas para estudiar, esto nunca fue un impedimento para él, por mucho tiempo tomó clases de manera virtual con su teléfono hasta que un amigo le prestó una computadora. Al respecto el hombre comentó:
“Le tengo que dar unas gracias enorme a mi amigo, porque el ordenador que me dio me ayudó muchísimo en el estudio. En el último examen me saqué un 5, no es una muy buena nota, pero me alcanzó para recibirme con un promedio de 6”.
Su historia como estudiante de la carrera de Derecho comenzó en el 2000 en Tucumán, al Noroeste de Argentina, pero al no conseguir trabajo para sustentarse tuvo que dejar la carrera y volver a su ciudad en Salta, donde ayudó a su padre en un negocio familiar.
Después de un tiempo, nacieron sus dos hijos, la relación no funcionó y tras divorciarse se hizo responsable de los niños. Desde entonces, se convirtió en padre soltero, uno que trabajó arduamente para ser el mejor ejemplo para los dos seres de luz que transformaron su vida.
Después de más de dos décadas hizo realidad su sueño.
Lamentablemente, el negocio de su padre quebró, por lo que tuvo que ingeniárselas para conseguir dinero y mantener a sus hijos. Aunque pasó años enfrentando difíciles circunstancias, Carlos logró encontrar el equilibrio que necesitaba para retomar su carrera y poder graduarse. Hace 22 años comenzó un sueño, y finalmente lo hizo realidad.
Actualmente su situación económica no es la mejor pero sigue dando lo mejor de sí, confía que con su título tendrá nuevas oportunidades.
“El título ahora me va a servir para ponerlo en el currículum y poder conseguir un trabajo en blanco. Por suerte a mis hijos no les falta nada”.
El futuro se lo toma con la misma paciencia que le sirvió para llegar a este punto, espera mejorar sus ingresos y poder hacerle varios arreglos a su casa, pero sobre todo, comprarse un refrigerador.
Aunque todavía no tiene claro a qué rama del Derecho se va a dedicar, confía que tendrá un gran futuro, le ha hace ilusión tener su propio estudio jurídico.
La historia de Carlos nos recuerda que debemos ser firmes en nuestras actitudes y perseverantes en nuestros ideales. Seamos pacientes y confiemos en nuestro esfuerzo, quizá lo deseado no llega de inmediato pero lo que nos pertenece llegará en el momento oportuno.