Carly Gayle es una mujer que suele dejar a todos boquiabiertos cuando les explica su profesión. Es una exitosa fontanera desde que tenía tan sólo 15 años.
Siempre ha resaltado por ser una de las mejores en su labor, pero debe enfrentar todo tipo de preguntas y comentarios incómodos ya que sus clientes le dicen que parece una modelo y no un verdadero plomero.
Carly acaba de cumplir 30 años de edad.
Desde que era muy pequeña, Carly comenzó a acompañar a su padre en sus labores de plomero. Siempre han sido muy unidos así que adoraban pasar tiempo juntos.
Carly lo ayudaba a pasarle todas las herramientas que necesitara y él le explicaba con lujo de detalles cómo realizar diferentes arreglos. Años después la trabajadora joven decidió terminar de formarse en el mundo de la construcción.
Carly gana en promedio unos 45.000 dólares al año.
Cuando su padre supo que Carly quería dedicarse por completo a ser plomería tuvo sus dudas. Gracias a todos sus años de experiencia sabía que no sería una vida sencilla y que además su hija tendría que pasar por muchísimo escrutinio ya que las personas la juzgarían por tan sólo ser mujer.
“Las personas suelen preguntarme: ‘¿Dónde está el hombre?’”
Pero al parecer, la enorme sorpresa de los clientes radica no sólo en el hecho de que es una mujer. Carly destaca por ser rubia, alta y sumamente femenina. A pesar de los impedimentos que implica su trabajo, adora tener una buena sesión de manicura y maquillarse para dar siempre una buena imagen.
“Una vez una mujer me gritó: ‘Luces como una modelo – No puedo creer que seas fontanera’”.
Cuando se encuentra en el suelo tratando de arreglar algún bote de agua, muchos se acercan. Se basan en su apariencia y quedan seguros de que no es apta para realizar el trabajo.
“Sé exactamente lo que tengo que hacer pero a veces llega un grupo de hombres que se acercan y me dicen ‘Cariño, no te hagas daño’”.
Sin embargo, Carly no ha dejado que los comentarios la afecten. Ha creado su propia empresa y se encuentra cada vez más feliz de todos los logros que ha alcanzado. Para su esposo fue algo difícil ver que Carly realizaba cada arreglos de la casa, pero ahora ella se encuentra enseñándole todo lo que necesita para que también pueda ayudar.
“Ahora sus amigos lo llaman y le preguntan cómo usar un radiador porque saben que yo le voy a explicar”.
No hay duda de que Carly es una gran inspiración y un verdadero ejemplo que demuestra que las mujeres también podemos formarnos en una carrera que siempre se ha considerado exclusiva para los hombres.
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