El ciclo de la vida pasa para todos por igual, y es irrefutable que cuando nuestros padres se vuelven ancianos se convierten en niños por los que es preciso velar para que no les falte nada y sus necesidades puedan estar cubiertas.
Pero dependiendo de las circunstancias, no siempre podemos llevarlos a vivir con nosotros, y muchos ancianos tampoco así lo desean.
La única opción que queda es ingresarlos en una residencia, pero lamentablemente no todas ofrecen el apoyo emocional y la comodidad que quisiéramos para que los seres que nos dieron la vida pasen el resto de sus días con las condiciones que merecen.
O al menos así deberían pensar la mayoría de los hijos, ya que no falta quienes olvidando todo lo que han hecho por ellos, los abandonan a su suerte en inhóspitos lugares sin siquiera ir a visitarlos ni preguntar si siguen con vida.
Pero ese no era el caso del doctor Kenneth Dupin, él no podía llevar a sus padres a vivir con él, pero se resistía por sobre manera a encerrarlos en una residencia; simplemente no confiaba que sería el mejor lugar para ellos.
Entonces tras romperse la cabeza buscando una solución, encontró la idea más brillante, que además de dejar a todos sin palabras, es un gran acto de amor que ha conmovido a millones.
Kenneth se dijo a sí mismo que si lo que quería era tenerlos cerca, pero al mismo tiempo que tengan su propio espacio, entonces lo mejor era crear un ambiente propio para ellos.
Y así fue cómo cristalizó la idea de construir espacios llamados «Granny Pods», que permita a las familias supervisar a sus ancianos, haciendo que ellos se sientan cómodos y totalmente independientes.
Los resultados son de locura
Lo mejor de esta solución es que se pueden instalar en nuestro jardín de manera que siempre los tengamos cerca y los podamos auxiliar cuando lo necesiten.
Las casas son móviles y ya se entregan construídas
También son accesibles para sillas de ruedas y la electricidad y el agua están conectados a través del edificio principal.
Pero cuando ves el interior, te enamoras para siempre
Un detalle que no podían pasar por alto: la casa tiene instaladas unas cámaras digitales que permiten ver a la familia si su “inquilino” se encuentra bien. ¡Como sucede con los niños!
También tienen desfibriladores, equipo de primeros auxilios y suelos de madera iluminados.
No podía faltar una cocina grande y bien equipada… ¡Con nevera, microondas y hasta lavavajillas!
La tranquilidad para los hijos: Un baño con acceso para discapacitados, ducha y WC
¿Y la hora del baño?… En la ducha está previsto un lugar para sentarse y barras donde agarrarse
Y para cerrar con broche de oro: una cama ajustable que te hace la vida diaria mucho más sencilla.
Es una maravilla encontrar personas que piensen en nuestros mayores
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