Para muchas personas el trabajo es una especie de círculo donde día a día realizan la misma rutina, todo parece encajar tan perfecto en el tiempo y en el espacio, que en ocasiones, se pueden arriesgar a cumplir sus funciones de manera automática.
Sin embargo, basta una falla, sola una mínima falla para que esa rutina se altere y trastoque la realidad., estaba trabajando como cualquier otro día en una fábrica de Brisbane cuando algo alteró su jornada laboral.
El Dr. Theo Birch y su colega Andrew Hadj realizaron la cirugía.
Cooper cada día se disponía a utilizar una enorme cortadora de carne, para él, manejar esta maquinaria era tan sencillo como respirar.
Pero solo bastó una fracción de segundo para que su pulgar terminara en el lugar equivocado y provocara que toda su mano se viera fuertemente afectada quedando atascada en la “demoledora de carne”. Fue sometido a una intervención quirúrgica que duró un poco más de siete horas.
El horrible incidente dejó al joven perplejo, fue gracias a un compañero que se encontraba cerca en ese momento que apagó la máquina e hizo presión en la mano de Cooper para intentar hacer un torniquete. El joven señala al respecto:
Solo tengo un recuerdo vislumbre después del accidente.Fue aterrador ver que me faltaba la mano, sentí muchas emociones distintas. Incluso mucho dolor, que se define como ‘dolor fantasma’ porque se percibe aunque la extremidad no esté ahí».
La mano de Cooper se veía muy mal, así que lo trasladaron al Hospital Privado Mater, los médicos decidieron intervenirlo rápidamente para intentar reconstruirla.
Los cirujanos plásticos señalan que el proceso se hizo limpio y fácil, probablemente porque una máquina de carne hizo el corte, no había huesos dentados lo que hizo posible una reconexión. El equipo médico señaló que volver a unir una mano completa en la condición en que se encontraba fue toda una hazaña.
Cooper fue observado durante varias horas mientras estaba ingresado en la unidad de cuidados intensivos.
Para sorpresa de todo el equipo médico Cooper logró mover los dedos de su mano tan solo el día después de la operación. El Dr. Birch señala que los nervios cortados son la parte más impredecible del proceso, así que verlo realizar movimientos en su mano afectada fue prometedor.
Está usando una férula para garantizar el éxito total de la intervención.
Cooper sin duda, está feliz y muy agradecido con todo el equipo médico que colaboró para salvarle la mano, está consciente de que la recuperación total será lenta pero confía en que lo peor ya pasó.
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