El nacimiento de un bebé es la mejor demostración de que la vida es un milagro, es un acontecimiento para celebrar la llegada de un nuevo miembro en la familia que llenará los días de alegría.
Catalina Sequeira, de 26 años, sufrió un ataque de asma cuando tenía 12 semanas de embarazo y fue ingresada al Hospital Central de Lisboa, después de permanecer en coma inducido fue diagnosticada con muerte cerebral cuando cumplió 19 semanas de gestación.
Su familia expresó a los médicos su deseo de mantenerla conectada a los soportes hasta que su bebé pudiera nacer, cuando cumpliera 32 semanas disminuiría los mayores riesgos de un nacimiento prematuro.
Finalmente, ayer el bebé nació en el Hospital de São João de Oporto al norte de Portugal. La doctora Hercília Guimarães, jefa de Neonatología del centro de salud, explicó a los medios de comunicación que decidieron adelantar la cesárea que estaba programada para el viernes porque la madre presentó un deterioro en su sistema respiratorio.
Afortunadamente el pequeño nació con 31 semanas y 6 días de gestación pesando 1,7 kilogramos, se llama Salvador, requirió ser conectado a un soporte respiratorio al nacer, pero no presentó complicaciones mayores.
El doctor Carlos Lima Alves, director del hospital, explicó: “El bebé presentó significativos problemas respiratorios durante el parto, que obligaron a iniciar la ventilación mecánica. Su evolución es favorable y puede incluso dejar de estar entubado en las próximas horas”.
Salvador ahora es conocido en Portugal como “el bebé milagro”, es el primer niño que nace mientras su madre padece muerte cerebral en el Hospital de São João de Oporto.
La doctora Teresa Honrado, del Servicio de Medicina Intensiva del hospital, declaró: “Nuestro desafío era mantener su cuerpo y sus órganos vitales, garantizamos la estabilidad hemodinámica, respiratoria, metabólica y así prevenir las principales complicaciones que surgen del estado de muerte cerebral, especialmente, la disfunción de la hipófisis causando trastornos metabólicos graves”.
Catalina sufrió asma desde que era una niña, pero a pesar de su condición logró emprender una carrera exitosa practicando piragüismo, el deporte acuático era su pasión. Durante su trayectoria ganó 41 medallas, 17 de oro en varias categorías, en el 2014 abandonó el deporte para dedicarse al ámbito profesional.
Su entrenador la describió como una mujer audaz, valiente y que no estaba dispuesta a rendirse, siempre fue disciplinada y perseverante.
Ahora su familia se dedicará a ofrecerle a Salvador todo el amor y protección que merece en nombre de su mamá, que lo trajo al mundo de manera milagrosa. Comparte esta noticia.