Después de cierta edad uno no se preocupa por quien venga o por quien se vaya, uno simplemente se preocupa por ser feliz. Y esto lo sabe muy bien Al Blaschke, un abuelo de 103 años de edad y un verdadero rebelde radical que decidió mostrarle al mundo lo que significa tener agallas, de verdad.
El increíble anciano aprovechó la fiesta de graduación de sus nietos para hacer una espectacular entrada nada menos que en paracaídas, rompiendo el récord de la persona más longeva del mundo en practicar este deporte extremo.
Si a muchos jóvenes y no tan jóvenes nos aterran las alturas y la sensación de vacío, a este valiente hombre de la tercera edad más bien pareciera rejuvenecerlo. Desde hace 3 años, cuando el tejano cumplió 100 primaveras decidió que tendría el coraje de cumplir el sueño de su vida y así lo hizo para repetir la dosis de adrenalina este año.
“Terminó cayendo en el gusto y decidió repetir la dosis este año, rompiendo así su propio récord y obligando al libro de récords a hacer una pequeña actualización”, afirmó su nieto.