Las cosas que parecen algo triviales para algunos, pueden ser el sueño de toda una vida para otros y una mujer en Brasil con una severa condición médica lo sabe bien, la alegría que sintió al poder ponerse un par de zapatillas fue inmensa, su caso quedó grabado en un conmovedor video que enterneció a muchos internautas.
Leiliane Melquiades es una mujer de 37 años que nació en Garanhuns, en Pernambuco, con una malformación congénita en sus extremidades inferiores que hizo que sus pies se voltearan completamente.
Sus padres vivían en una zona alejada con muchas dificultades económicas, no tenían conocimientos del caso y no buscaron ayuda médica a tiempo.
Mientras crecía, los dolores en las piernas aumentaban al intentar caminar, empezó a investigar en Internet sobre su situación. Se fue a la capital para recibir un tratamiento sin cirugía a través del Sistema Único de Salud (SUS) en el Hospital de Base de Brasília, se hace con una bota de yeso para que los pies adopten progresivamente la posición adecuada que deben tener.
El método llamado Ponseti, fue creado en los años 50 por el español Ignacio Ponseti, a partir del año 2000 fue cuando se hizo más conocido, y utilizado especialmente en los recién nacidos. Leiliane está muy esperanzada, ya le hicieron una sesión y pudo ponerse por primera vez una zapatilla.
«Es una sensación indescriptible ver tu pie adelante, mirar y ver que vas a poder tener calidad de vida, que vas a poder pisar sin dolor.
Es el milagro de la vida ante tus ojos», expresó la agradecida mujer en un video que fue compartido en las redes sociales.
Leiliane no ha sido la única beneficiada, otras personas al igual que ella también pudieron enderezar sus pies en los dos últimos años en el Hospital Base de Brasilia, tal es el caso de Carlos André Oliveira, de 30 años, y el barbero Larlen Nascimento, de 22 años, residente de Sol Nascente.
El ortopedista Haje del Instituto de Gestión Estratégica de la Salud del DF (IGES-DF), explicó que se trata de una simple acción de enyesado semanal de las piernas para reconstruir los pies de los pacientes, y que de ser necesario se hace una pequeña incisión para completar la corrección. El médico se siente satisfecho de poder ayudar a esas personas.
“Es muy gratificante y especial cuando estos pacientes de 20, 30, 40 años se quitan el yeso y, por primera vez, se ponen zapatillas. Es realmente una gran emoción como médico y es un placer seguir recibiendo este tipo de paciente. La gente está muy feliz de poder ayudar», expresó el doctor Haje.
Los tiempos en que Leiliane se sentía avergonzada cuando andaba por la calle en sandalias y la gente la miraba con cierto rechazo ya pasaron, pudo salir del hospital muy bien calzada.
No solo se siente mejor desde el punto de vista de su salud, sino también su calidad de vida ha mejorado notablemente en lo que tiene que ver con su autoestima y seguridad en sí misma.
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