Dicen que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Y es verdad. ¡No te imaginas hasta qué punto! Todos soñamos con tener a nuestros grandes amigos hasta el último día de nuestras vidas.
Esta es en definitiva una historia de una amistad a prueba de todo y sin fecha de vencimiento.
Existen cientos de personas que pasan por nuestras vidas y con quienes interactuamos, pero son pocas las se quedan y consideramos nuestros amigos. Se distinguen por su afecto puro y desinteresado que nace y se fortalece con el trato y con el tiempo.
Bien lo saben estas dos mujeres, que se conocieron a los 11 años cuando cursaban séptimo grado. A pesar de que en la escuela tuvieron un montón de amigas y amigos, a la fecha solo ellas permanecieron juntas. Su amistad se ha mantenido en las buenas y en las malas.
Siguen siendo mejores amigas después de 84 años de conocerse, solo se tienen la una a la otra.
Phyllis Hines y Barbara Noone son de esas amigas realmente inseparables. Apenas se conocieron comenzaron una cercana amistad que las ha mantenido unidas a lo largo de los años.
Si bien ambas hicieron vidas independientes, han trabajado, se casaron y formaron una familia. Cada una ha estado en los mejores y peores momentos de la otra: matrimonio de cada una, nacimiento de sus hijos y nietos, incluso se apoyaron mutuamente cuando sus esposos fallecieron.
No quieren dejar de verse, pues nada mejor que recordar los hermosos momentos que las hacen sonreír y que las mantienen unidas día a día.
Hacen todo lo posible por visitarse, pues tienen claro que la vida se va poniendo difícil y siempre es bueno contar con un amigo.
«Ha sido la amistad más maravillosa del mundo» contó Phyllis durante la celebración del cumpleaños número 95 de ambas, pues como cumplen años con pocos días de diferencia, desde pequeñas suelen celebrarlo juntas.
Procuran verse al menos una vez al mes y siempre celebran juntas sus cumpleaños.
“Sinceramente, no recuerdo haberme enojado con ella o tener una verdadera pelea … Ya sabes cómo pueden ser las chicas” dijo Phyllis refiriéndose a su amiga, quien siempre ha estado para ayudarla, la ha acompañado en sus aventuras y apoyado en sus decisiones.
Se han dejado siempre ser libres de vivir la propia vida, dando a la relación de amistad un modo de crecer año tras año, propio en virtud del respeto reciproco.
Sabe que te importa de verdad, no por lo que hace o lo que tiene, sino por quién eres. Entonces, es capaz de ver por tu bienestar sin detenerse a pensar ni siquiera en sí mismo.
Nunca han dejado que nada se interponga entre ellas.
Es un verdadero ejemplo de amistad cuando vemos el sentimiento espontaneo del que acepta al amigo por lo que es, y que las ha mantenido unidas tanto tiempo.
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