Mi amigo Daniel es la persona más ciclista que conozco y estoy segura de que va a salir corriendo a mudarse a Alemania (o al menos a turistear en bicicleta) cuando se entere de lo que están haciendo.
Es el sueño de todo ciclista de corazón: Sin luces rojas, sin camiones que amenazan con darte un «aventón»…. Sólo un camino suave , sin baches y el aire acariciando tu cabello. Así es la primera Autobahn (ciclopistafederal) alemana.
Apenas han abierto los primeros cinco kilómetros de la pista de alta velocidad exclusivamente para bicicletas. Pero serán 100 kilómetros que conectarán 10 ciudades del occidente incluyendo Duisburg, Bochum y Hamm, además de cuatro universidades y la zona industrial de Ruhr. Los dos millones de personas que viven cerca de la ruta podrán disfrutar de usar la ciclopista para sus traslados diarios.
La nueva ciclopista de alta velocidad alejará de las calles a unos 50.000 automóviles al día, según los estudios. La idea nació en Holanda y Dinamarca y ahora Alemania se ha unido. Se planea hacer una pista de 30 kilómetros para el centro bursátil de Frankfurt hacia el sur, Munich está trabajando en una ruta de 15km hacia los suburbios del norte y Nuremberg está estudiando las posibilidades de conectarse con otras cuatro ciudades bajo el mismo concepto.
En Berlín, la administración de la capital aprobó el pasado diciembre un estudio de viabilidad para conectar a la ciudad con el suburbio de Zehlendorf a través de una de estas «bicivías» rápidas. Estas vías son una mejora notable a las antiguas pistas sencillas para bicicletas que son comunes en las calles de Alemania, donde muchas veces las raíces de los árboles crean irregularidades en el suelo y a veces terminan o se confunden con las vías para los autobuses.
Pero las nuevas bicipistas rápidas son mucho más anchas (ahora tienen unos 4 metros), están mejor pavimentadas y atraviesan las vías de automóviles por pasos a desnivel o puentes, además de que son limpiadas perfectamente de toda basura o nieve durante el invierno.
Como en todos lados, el obstáculo más incómodo en este proyecto de infraestructura es el dinero. En Alemania el gobierno mantiene las vías para automotores, mientras que la infraestructura para bicicletas es responsabilidad de los gobiernos locales. Pero todos se han puesto de acuerdo para compartir los costos y, con el apoyo de un gobierno izquierdista y el partido verde, no habrá problema para reunir los 180 millones de euros necesarios para concretar el resto de la ruta de 100 kilómetros.
Cada vez son más las ciudades, países y personas que, como mi amigo Daniel, se enamoran de la sencilla bicicleta y sus beneficios ambientales, económicos y para la salud. Deseo sinceramente que más países se unan a este movimiento de gente amante de las ruedas no motorizadas 😉
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