Muchos son los enemigos silenciosos del medio ambiente, por eso es necesario detenernos y analizar cómo nos hemos comportado cada uno de nosotros con respecto a nuestro hogar.
Tal vez te parecerá normal el hecho de hacer tus necesidades fisiológicas en el océano. Es de hecho, una práctica muy común, pero no por eso correcta y bien vista. Y hablando de conductas mal vistas, ¿Qué tal si lo llevamos al extremo enterrando un pañal sucio bajo la arena de la playa? ¿Qué pensarías de alguien que haga algo así?
Una mujer filipina fue captada en video por Hazel Ann, una usuaria de las redes sociales que la muestra cambiando los pañales y lavando a su bebé a la orilla de la playa de Boracay, en Filipinas.
La descuida madre tomó el pañal, lo envuelve y lo entierra en la arena. A pesar de los gritos y llamados de atención que las personas que grabaron el vídeo hicieron a la mujer, esta hizo caso omiso y simplemente continuó con sus actividades en el agua, como si nada.
“Los basureros de la playa están en todos lados y aun así decidieron dejar su basura en la arena. Se hicieron los sordos [cuando les dijimos] y se metieron al agua otra vez como si nada”, escribió Ann, indignada.
Y es que el problema es doble porque, por una parte, el agua de mar no es la más indicada para lavar a un bebé tan pequeño, pero, además, el material sintético de que está hecho el pañal contamina la playa para otras personas y los animales que allí habitan.
Las autoridades vieron el vídeo y procedieron inmediatamente al cierre de la playa por un lapso de 72 horas, hasta que estuviera lo más limpia y apta posible.
Por su parte, Bernadette Romulo-Puyat, secretaria de turismo aseguró que el cierre preventivo del área fue con la intención de que nadie entrara a nadar en la playa y poder trabajar en su rehabilitación, y asimismo afirmó que ya se encuentran haciendo todas las investigaciones para determinar lo ocurrido y dar con la inconsciente turista que dejó el “regalito” de su hijo enterrado allí.
Es solo cuestión de sentido común. Jamás debemos botar basura en cualquier lugar, mucho menos al lado de un lugar que ya está sufriendo por culpa de la contaminación humana.
Más bien, debemos preguntarnos cuán amigables hemos sido con nuestro sufrido planeta, si hemos dedicado un momento a tratar de concientizar a algún agresor de la naturaleza para que deje de serlo o, por el contrario, hemos permitido en silencio que otros contaminen lo que nos pertenece a todos.
Si estás a favor de un mundo mejor y más seguro para todos, comparte esta historia con tus mejores amigos y seres queridos.