Llegar a la tercera edad es un privilegio, es un camino donde cada paso dejó huellas en los corazones de quienes compartieron la experiencia de vida.
Lamentablemente llegar a esa etapa también implica la aparición de algunas enfermedades que limitan la capacidad de movimiento y se inicia una dependencia que no puede pasarse por alto.
Es el caso de Camile y su madre, quien fue diagnosticada con Alzheimer, una enfermedad que requiere atención y vigilancia permanente. Por esta razón fue internada en una residencia para ancianos, donde se “supone” que el personal que labora en el lugar tiene la preparación profesional y vocación de servicio, pero desafortunadamente no era así.
Esta mujer de la tercera edad no recibió la mejor atención, ni los mejores tratos. Lo que al principio representó la mejor alternativa para recibir los cuidados necesarios se convirtió en una agresión, falta de respeto y maltrato.
Camile comentó que no contaba con el tiempo para atenderla y tomó la decisión de internar a su madre en ese centro. Aunque no se sentía a gusto con esa elección pensaba que era la mejor opción para que recibiera un cuidado permanente.
Un día cuando visitó a su madre y se encontró con una sorpresa muy desagradable… ¡Su madre tenía un ojo morado!
Camile solicitó una explicación a los empleados del centro, pero nadie le dio respuesta. Él no se podía quedar con esa incertidumbre.
Decidió encontrar la causa y el día siguiente la visitó nuevamente, e instaló una cámara oculta para observar cuál era realmente el trato que estaba recibiendo su madre por parte del personal.
La grabación mostró lo que este hombre nunca hubiese imaginado. Sorprendido por estas imágenes, su incredulidad pasó a la rabia, molestia, indignación, dolor.
Uno de los enfermeros se limpió la nariz con las sabanas que estaba colocando en la cama de su madre.
Poco tiempo después, otros cuidadores se besaban sin alguna vergüenza en la habitación de la madre de Camile.
La pobre señora trataba de darse la vuelta para no ver… ¡Qué falta de respeto!
Por si fuera poco, una de las mujeres que la cuidaban después de quitarle el pañal se lo puso en la cara.
La habitación de esta señora era un completo desastre.
Todos los residentes entraban sin importar la privacidad que debe prevalecer como parte del respeto.
El último maltrato que Camile observó en la grabación fue la agresividad con la que le colocaron el nuevo pañal a su madre.
Definitivamente que este personal no tiene ningún tipo de escrúpulo, ni mística para su trabajo, no conocen lo que es la ética.
Deben tener el alma podrida para ser capaces de tanta crueldad con una persona que depende totalmente de ellos.
Camille se sintió lleno de rabia, dolor, impotencia, definitivamente su madre la estaba pasando fatal. A cuenta de que padece de Alzheimer y presenta olvidos frecuentes todos abusaban de ella.
Camile se reunió con el director de la institución para exponer las razones de su justificada molestia y exigir una respuesta ante tanto maltrato.
Cuando el director vio las imágenes quedó mudo y solo pudo decir que era totalmente inaceptable, tomaría cartas en el asunto para que acciones como esta no se volvieran a repetir.
El enfado de Camile se unía a una profunda decepción y desconfianza. Este hecho ha marcado la vida de este hombre que difícilmente podrá confiar el cuidado de su madre en personas extrañas.
Te dejamos a continuación el video que ha dejado en evidencia la ausencia de calidad humana de estos empleados.
Es muy lamentable que estas cosas sucedan, ciertamente hay personas que tienen mucha mística en su trabajo y se interesan por el bienestar de sus pacientes, pero imágenes como estas propician que la duda sobre la ética de los empleados sea un factor determinante en la contratación del servicio.
Comparte con tus amigos y familiares, bajo la necesidad de contratar los cuidados de algún ser querido es muy válido la opción de una cámara oculta para saber realmente qué está pasando… ¡Tal vez debería ser obligatorio en todos los centros!