Hace más de 15 años que Lisa Anderson, de 44, ha tenido que luchar con un vicio que le causa bastante vergüenza pero no ha sabido cómo controlar. Peor aún, su trastorno le ha ocasionados severos daños a su presupuesto y a su salud.
Esta madre de cinco está obsesionada con el polvo o talco para bebés, pero el asunto va más allá, pues Lisa no lo usa sino que lo consume.
Desde que nació su quinto hijo, Anderson sintió un profundo impulso por comer talco y comenzó a consumirlo para satisfacer su ansiedad. En principio creyó que era un antojo pasajero producto del embarazo pero el asunto rebasó límites inimaginables.
“Tuve la repentina necesidad de comerlo y no pude luchar contra él. Lo lamí de mi mano y realmente lo disfruté. Acaba de llegar a este punto. Fue un deseo que nunca supe que tenía», explicó Lisa.
Tras década y media de comer el polvo, ahora la mujer es capaz de tragarse un bote completo de 200 gramos en sólo un día. Cada 30 minutos toma el frasco y agita un poco de talco sobre el dorso de su mano para finalmente lamerlo.
Ella afirma haber gastado unos 10.500 dólares en su adicción por este producto de higiene personal.
Desde el 2004 se inició como «degustadora de talcos» pero ella argumenta no tolerar otro producto que no sea el original, el Johnson’s Baby Powder.
Después de complacer sus papilas gustativas, Lisa suele tomar un vaso de agua pues su boca se seca con el polvo.
El impulso que describe Lisa es conocido como síndrome de pica, un trastorno alimentario caracterizado por la compulsión por comer artículos no alimenticios, como pintura, polvo y suciedad.
En principio, Lisa no solía hablar del asunto con nadie pero 10 años después decidió contarle a quien es hoy su ex pareja. Esto después de que él la enfrentara por su extraña manía de escabullirse a los baños.
Después de ese momento, su adicción se hizo pública y sólo hasta hace unos meses decidió buscar ayuda y su médico de cabecera le indicó que podría tratarse del síndrome de pica.
“Esto ha estado sucediendo durante años, ahora no puedo ver un punto en el que no sea parte de mi vida. Al igual que alguien con una adicción, cada vez tenía que comer más y más», dijo Lisa.
Durante este mes, Lisa Anderson comenzará con un tratamiento para acabar con su adicción pues su médico le ha hablado sobre los daños que podría ocasionarle a su salud.
La tos e irritación ocular son los problemas más evidentes, sin embargo el panorama se podría complicar con dolor en el pecho e incluso insuficiencia pulmonar, así como presión arterial baja, convulsiones, diarrea y vómitos.
Este polvo para bebés está hecho de un mineral de arcilla que contiene silicio, magnesio y oxígeno, el cual se considera venenoso si se inhala o consume.
Además, La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha dictaminado anteriormente que el talco podría ser cancerígeno para los humanos según una serie de estudios.
Todo esto llevó a esta madre a darle un alto a su trastorno y buscar ayuda. Lisa Anderson sabe los peligros que existen y ha decidido contar su historia para hacerle saber a otras personas que atraviesen una situación parecida que no están solas.
“Pasé años sin saber lo que estaba pasando o sucediendo. Pero resulta que es una condición. Y sólo quiero que otros sepan que no están solos”, dijo la madre.
Por favor comparte el caso de esta mujer y ayúdanos a educar. Este no es un asunto de costumbres extrañas sino de salud.