Desde el pasado 14 de enero el mundo está pendiente del rescate de Julen, el niño de 2 años que cayó en el interior de un pozo en Totalán, Málaga mientras estaba en una finca en obras con sus familiares.
Agentes de la Guardia Civil, miembros del cuerpo de bomberos y servicio de emergencias, se congregaron en el lugar para iniciar un operativo de rescate sin precedentes en el que participan 300 personas de diversos gremios.
Se han realizado los trabajos de manera ininterrumpida mientras surgen complicaciones asociadas a la dureza del material que perforan, y a las maquinarias utilizadas. Estiman que el próximo miércoles puedan llegar hasta el lugar donde permanece Julen.
El caso ha generado controversias sobre la creación de los pozos ilegales en España y los riesgos que representan. El juzgado de Instrucción número 9 de Málaga inició las gestiones para esclarecer las circunstancias que motivaron a que Julen se cayera en el interior del pozo tras recibir un informe del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.
En dicho informe se ratifica que el pozo en el que cayó el menor fue construido sin las condiciones exigidas por la ley. Además, se aclara que las obras realizadas días previos al accidente causaron la movilización de la piedra que había colocado el hombre que construyó el pozo sobre el agujero tampoco tenía autorización de la Junta de Andalucía ni del Ayuntamiento de Totalan.
Los agentes de la Guardia Civil interrogaron al propietario de la finca donde ocurrieron los hechos, David, es esposo de una pariente de los padres de Julen. También obtuvieron las declaraciones de Antonio Sánchez, quien hizo la prospección.
El pozo se abrió el pasado 18 de diciembre y días antes de que Julen cayera en su interior empezaron a ejecutar trabajos en el área.
Se rebajó la montaña para ganar terrero, se construyó una explanada y una zanja en forma de “L” de 35 metros de largo por 5 de ancho, la Guardia Civil ha localizado a la empresa que realizó las obras.
En la zanja tenían la intención de construir un muro de contención, en esas obras usaron maquinaria pesada que desplazó la piedra que tapaba el agujero del pozo dejándolo al descubierto.
Según la Guardia Civil, presumen que el propietario de la finca pretendía construir una casa en la explanada y el muro de contención sería para prevenir que se viera afectada la estructura por desprendimientos de tierra de la montaña.
Al momento del accidente, Julen estaba sentado en la zanja comiendo un paquete de “gusanitos” que posteriormente fue hallado por los rescatistas.
Estaba bajo el cuidado de su madre que tras atender una llamada telefónica lo dejó a cargo de su padre quien estaba a pocos metros haciendo una paella. Cuando Julen se precipita al interior del pozo su padre intenta sacarlo sin resultado y llamó a los servicios de emergencia.
El pocero y el dueño de la finca se culpan entre ellos, el hombre que construyó el pozo alega que pensaba que tenía la autorización para hacerlo porque así se lo hizo saber el dueño de la finca.
Mientras que el propietario del lugar argumenta que el pocero le dijo que había gestionado todos los permisos.
La Guardia Civil da crédito a las declaraciones del hombre que construyó el pozo en las que dice que lo tapó con una piedra, aunque consideran que no fue la medida adecuada porque debió sellar la prospección con un material que no pudiera desplazarse de ninguna manera.
La construcción del pozo debió ser autorizada por la Dirección General de Minas y la Dominio Público Hidráulico y Calidad de las Aguas en la Demarcación de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, ambos organismos de la Junta de Andalucía. El pocero o el propietario de la finca han debido dirigirse a estas instituciones para presentar el proyecto técnico de un ingeniero y solicitar la autorización. Las obras tampoco estaban autorizadas por el Consistorio de Totalán.
La justicia actuará sobre los responsables del accidente que sufrió el menor, comparte esta noticia.