Nick Drummond y Patrick Bakker compraron una casa de 1915 en la ciudad de Ames a finales del año pasado. Lo que nunca imaginó esta pareja era la historia que estaba asociada a su nueva adquisición.
No fue hasta el mes pasado cuando comenzaron la renovación de la residencia que lo descubrieron. La pareja encontró 66 botellas de whisky Old Smuggler Gaelic, una etiqueta escocesa que todavía está en producción, valorada cada una en 1.000 dólares.
“Nuestras paredes están construidas de botellas”, dijo Nick.
Inicialmente la pareja descubrió 42 botellas de whisky escondidas en la pared envueltas el papel marrón tras quitar el faldón exterior de un vestíbulo.
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Más tarde descubrieron aún más botellas escondidas debajo de las tablas del piso dentro del vestíbulo.
Después de hacer el descubrimiento, Nick comenzó a investigar la historia de la casa y descubrió que había algo de verdad en los rumores de que era propiedad de un barón alemán sin hijos en la época de la Prohibición.
La casa era propiedad del Conde Adolph Humpfner, quien murió misteriosamente en 1932 dejando una gran fortuna.
La era de la Prohibición se desarrolló entre 1920 y 1933, y durante ese tiempo muchas personas se hicieron millonarias llevando productos de forma ilegal a los Estados Unidos desde Canadá.
“¡No puedo creer que los rumores sean ciertos! En realidad, era un contrabandista. Pensé que era una linda historia, pero el constructor de nuestra casa era de un contrabandista”, agregó Nick.
Ames está cerca de Nueva York y la frontera canadiense, por lo que era el lugar perfecto para quienes podían haber estado trayendo productos desde el norte.
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«Su patrimonio valía más de 140.000 dólares en 1932″, dijo Nick.
La inmensa fortuna de este hombre dejó a todos desconcertados, nadie sabía de dónde había sacado esa gran suma de dinero, pero ahora queda todo más claro porque se confirma que se dedicaba a vender productos de forma ilegal.
“Cómo había amasado su fortuna fue un gran misterio para los lugareños de ese momento. Era dueño de un banco local, del gimnasio de la escuela y de 23 propiedades en Nueva York y Nueva Jersey”, agregó Nick.
Realmente la pareja no tenía idea de la increíble historia que tenía la propiedad cuando hicieron la compra el año pasado.
Se desconoce si la pareja había abierto alguna de las botellas para probar el whisky. A diferencia del vino, el whisky no mejora con los años una vez embotellado.
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El hallazgo que hicieron los compradores de esta vivienda no tardó en hacerse viral. Compártelo.