Uno de los grandes problemas que presenta nuestra sociedad es, sin duda, el fanatismo ciego producido por ciertas creencias, provocando que se use la fe y las religiones como excusa para hacerle daño a alguien inocente.
En el 2015, un horrible suceso ocurrió en Dallas, Texas, cuando, Aracely Meza, una pastora de una iglesia evangélica se proclamaba como “seguidora de Dios”. Ella dirigía un “centro de rehabilitación”, desde ahí, ella dio la orden en mantener en estricto ayuno a Benjamín Aparicio, un pequeño de dos años de edad, para poder “sacarle el demonio”.
Las autoridades no tardaron en intervenir y lo ocurrido llegó a los oídos de la comunidad provocando una gran conmoción. La fiscalía argumentó que los padres del menor eran igual de culpables en la situación del pequeño, porque a pesar que Benjamín presentaba graves signos de desnutrición, los padres no solicitaron atención médica.
La criatura de dos años murió poco después de que Aracely diera la orden de no darle de comer y por estas inhumanas acciones, la mujer fue sentenciada a pasar 99 años de cárcel en Dallas.
Además del cargo sobre el caso de Benjamín, también se encontró culpable a la pastora Aracely Meza de abusar físicamente de un menor de 14 años, por lo que el jurado le dio la condena máxima por ese cargo.
El crimen contra el pequeño Benjamín ocurrió en marzo del 2015, pero hasta ahora, la mujer que se presentaba como pastora y profeta de la Iglesia Internacional Jesús es el Rey, logró ser sentenciada.
En el juicio se presentaron vídeos en dónde se verificaban los inhumanos y horrorosos maltratos que sufrió el pequeño de dos años. Entre los vídeos, se encuentra uno que muestra el nefasto momento del “rito de resurrección”, Meza le aplicaba esa ‘técnica’ cuando el niño cayó muerto.
La policía acudió a la casa de Meza después de recibir una llamada anónima dónde los testigos afirmaban que Benjamín había perdido la vida. Lo dejaron sin comer por muchos días, llevándolo a un estado de desnutrición severo que finalmente le provocó la muerte.
Los padres se llevaron el cuerpo de la criatura a México, sin conocimiento previo de las autoridades. Los abogados de la defensa de Aracely, en el juicio presentaron un acta de defunción emitida en Puebla, México que decía: “Benjamín falleció de trauma en el cráneo, el abdomen y el tórax”.
Dicho documento no fue aprobado por el juez. Sin embargo, Aracely Meza no fue acusada de homicidio sino que enfrentaba los cargos por causar de daños físicos graves al niño, intencionalmente o por negligencia.
También se conoció que alrededor de siete adultos y diez niños vivían en el “centro de rehabilitación” que era dirigido por Aracely. Mientras, las autoridades seguirán investigando para conocer qué otras personas fueron víctimas de abusos y torturas en ese centro.
Ninguna creencia puede validar hacerles daño a otras personas y mucho menos a niños inocentes. ¡Comparte esta trágica noticia!