El vínculo que se establece entre y padre y su hijo desde que se entera de su llegada, es algo incomparable. No existen barreras u obstáculos que este no sea capaz de sortear con tal de verlos desarrollarse felices, plenos y seguros de sí mismos.
Esto lo sabe de sobra Michael Gardner, de 36 años y originario de la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, y quien, para acercarse más a su hija Ava, de 9 años, y enseñarle como sentirse más segura de sí misma, aprendió a coser y le confecciona coloridos y divertidos atuendos, que versiona para él mismo.
Este progenitor residente en la parte oeste de Filadelfia es el artífice de todos los diseños, y las fotografías de él posando con su pequeña han asombrado tanto a los internautas que, ahora Ava es la encargada de documentar todo en su blog llamado Daddy Dressed Me.
“Me encanta la ropa que hace papá porque es más que ropa normal. Son originales, divertidos y hermosos”, dijo Ava, quien está en tercer grado de primaria.
Gardner fue criado principalmente por su abuela en East Germantown. Su madre, enfermera, a pesar de que vivía con ellos trabajaba mucho y se ausentaba a menudo. Por otro lado, su padre, quien residía tres casas más abajo, se negó a reconocer a Gardner como su hijo.
Ese intenso dolor producido por el rechazo de su padre lo acompañaría toda su vida. Se refugió en el dibujo, la pintura y la poesía como salidas creativas y terapéuticas cuando era niño. Ya de adulto, optaba por meterse de cabeza en proyectos de bricolaje en la casa.
Ahora, cuando Michael Gardner y Ava salen a las calles de Filadelfia con los atuendos a juego que él crea para ambos, son la sensación de miles de transeúntes quienes les hacen cientos de preguntas sorprendidos por la original pareja.
Y es que, lo que realmente se encuentra detrás de todo esto es la posibilidad cierta de que Ava aprenda a valorarse, a sentirse feliz de quien es y segura de sí misma. Eso es lo más importante en el proyecto de vida de Michael, su amada hija.
Por su parte, la pequeña maneja todo lo que tiene que ver con las relaciones públicas, siendo objeto a menudo de cientos de elogios y cumplidos de las personas que la encuentran deambulando tomada de la mano amorosa de su padre.
“Por lo general, no tengo que decir nada. Ella literalmente lo hace todo, lo vende y completa toda la interacción por su cuenta mientras yo estoy parado allí, sonriendo de felicidad al ver a mi pequeña”, dijo Gardner, henchido de orgullo.
Desde que aprendió a coser por sí mismo hace seis años, Gardner ha creado más de 200 conjuntos para él y su hija. Cada atuendo que utiliza está confeccionado y personalizado solo para ella.
Cuando Ava tenía 3 años, Gardner compró una máquina de coser en una tienda por departamentos y allí comenzó a gestarse este maravilloso relato de vida y de amor filial incondicional.