La desaparición de la española Pilar Garrido, de 34 años, conmocionó a miles de personas. Desde el pasado 02 de julio no se conocía el paradero de esta joven mujer periodista que emigró a Tamaulipas en el norte de México con su esposo Jorge Fernández hace tres años.
El día 03 de julio él denunció la desaparición de Pilar ante las autoridades, informando que dos jóvenes armados se la habían llevado cuando ella regresaba con su hijo de 13 meses y su esposo de un paseo en la playa.
Las autoridades mexicanas emprendieron un operativo de búsqueda para localizar a Pilar, hace dos semanas hallaron osamenta, cabello, y tejidos en un lugar cercano al que según la información que suministró su esposo la raptaron.
A pesar de que las probabilidades de que se trataran de los restos de Pilar, su familia solicitó apoyo a las autoridades españolas para que verificaran con las pruebas pertinentes que el hallazgo correspondía con las características de Pilar.
Raquel, hermana de Pilar, aseguró que nunca perdía la esperanza hasta que pudiera ver y comprobar que los restos encontrados sí pertenecían a su hermana.
Finalmente, tras comparar el ADN de los restos con los del hijo de Pilar confirmaron lo que temía su familia, lamentablemente se agotaron las esperanzas de encontrarla con vida.
Rosa María, la madre de Pilar, llegó a Ciudad Victoria, donde le informaron el resultado de las pruebas realizadas. Ella supo después que la noticia se filtrara en los medios de comunicación porque permanecía encerrada en una sala esperando conocer la conclusión de los análisis verbalmente.
Raquel, hermana de la víctima, comentó en una rueda de prensa ofrecida que pide a las autoridades mexicanas una radiografía de los molares del cadáver encontrado para confirmar en 24 horas si se trata de su hermana. Dijo que no desconfiaba de México, “pero mi gobierno es el español, y la policía es la española, vamos a realizar un segundo análisis para quedarme tranquila”.
Todavía se desconocen los detalles del caso, los huesos fueron hallados a 200 metros de una carretera solitaria. Las autoridades investigarán la causa de la muerte y quién fue el responsable.
Según las declaraciones de Jorge, quien era esposo de Pilar, ellos pasaron el primer fin de semana del mes de julio en un lugar turístico de Tamaulipas, se hospedaron en el hotel Riviera del Río, el domingo en la tarde regresaron a su hogar en Ciudad Victoria.
Todo marchaba con normalidad, pero en la mitad del camino fueron interceptados por otro vehículo del que se bajaron dos hombres armados y los obligaron a detenerse. Se llevaron raptada a Pilar y no les robaron nada, ni el auto, ni los teléfonos móviles.
Cuando las autoridades comenzaron la investigación del caso comprobaron que la familia estuvo en el hotel y que comieron junto al mar a las 17 horas justo antes de regresar a su casa.
La familia de Pilar, que residen en un pueblo de Valencia, manejó desde el inicio la hipótesis del secuestro, hubo un rapto y esperaban que los autores llamaran para pedir una recompensa a cambio de liberar a su rehén.
Habían transcurrido dos semanas del secuestro de Pilar cuando sus familiares decidieron divulgar el caso a los medios de comunicación, estaban desesperados porque los secuestradores no se ponían en contacto con ellos para pedir rescate.
Hubo muchas especulaciones sobre el caso después de que un medio de comunicación español denunciara que encontraron restos de sangre en el auto del esposo de Pilar, y él se convertiría en “sospechoso” generando una ola de rumores.
Pero afortunadamente la información fue desacreditada por las autoridades policiales y los familiares de Pilar.
Lamentamos mucho el trágico desenlace de esta historia, nos unimos al duelo que embarga a los familiares y amigos de Pilar. Compartamos un mensaje de solidaridad.