La crisis financiera generada por la pandemia de coronavirus ha ocasionado una enorme brecha social, ya que muchas familias no tienen los recursos suficientes para enfrentarla. Algunos no pueden cumplir con la educación a distancia, otros han perdido sus ingresos e incluso no tenían cómo celebrar la Navidad.
Pero, también son muchas las personas de buen corazón que hay desperdigadas por el mundo, haciendo lo imposible por ayudar de alguna forma a quienes más lo necesitan. Tal es el caso de Renee Dixon, directora de una escuela preescolar de la Iglesia Bautista Lynhurst, en Indianápolis, Estados Unidos.
La mujer se dedicó a trabajar horas extras en su tiempo libre conduciendo durante meses Uber y Lyft, piezas fundamentales de la revolución de los viajes compartidos, para que ningún alumno se quedara sin un regalo en esta Navidad.
Su idea era ganar dinero extra para poder llenar de alegría los corazones de los pequeños en estas fechas con diversos regalos y ropa nueva. De otra manera, les habría sido imposible recibir un presente.
“Sus vidas se han puesto patas arriba debido al coronavirus, sin que sea culpa suya. Solo necesitan un poco de felicidad”, afirmó Dixon.
Gracias a su extraordinario esfuerzo y solidaridad, ha podido ayudar a más de 50 hogares cuyas familias son de muy escasos recursos. Incluso, muchos de los estudiantes se encuentran en condiciones de pobreza extrema, muchos de sus padres trabajan en labores consideradas esenciales, pero, la mayoría se encuentran desempleados.
“Muchos de los padres me dijeron que no pueden comprarles nada a sus hijos en Navidad. Yo sé cómo se siente eso y no quiero que ningún niño experimente que las cosas que sueña no se hacen realidad, o que el mundo no es justo con ellos por la forma en que viven”, añadió la mujer.
Para la profesora, quien lleva 25 años ejerciendo la docencia, resulta suficiente pago el ver a sus muchachos sentirse valorados por alguien, aunque no lo hayan pedido. Que se sepan protegidos por el cariño de una mano amiga.
Sin embargo, no es la primera vez que trabaja de más para ayudar a otros. Hace cuatro años, consciente de la situación financiera de las familias de sus estudiantes, decidió encargarse también de los regalos de Navidad.
Fue en ese entonces cuando se inscribió como chofer de Uber para ganar el dinero extra necesario para cumplir su encomiable misión. Incluso, cuando se convirtió en directora del preescolar hace dos años continuó haciéndolo.
De modo que, este año tan convulso y difícil para todos no podía ser la excepción. Y lo hizo en circunstancias difíciles, ya que tres personas de su familia perdieron la batalla contra el coronavirus.
La educadora dijo que, a pesar de que ahora hay más competencia, gracias a su arduo trabajo pudo conseguir el dinero suficiente para comprarle los tan ansiados obsequios a los 50 estudiantes y también a sus hermanos.
“Es mucho trabajo. Es duro, pero ellos se lo merecen. No me gusta que se haga gran cosa sobre mi labor, porque es algo que todo el mundo debería estar haciendo. Cuidar de los niños y asegurarse de que se satisfagan sus necesidades, es algo que todos deberían estar haciendo durante todo el año, no solo en Navidad”, acotó Dixon.
Desde que salió en un reportaje de televisión ha recibido el apoyo de decenas de personas, e incluso la compañía Lego Corporation le envió 100 juegos y libros para el disfrute de los menores. Gracias Renee por hacer a esos niños felices.
Si bien estas ayudas no solucionan todos los problemas, y la necesidad de estas familias no se detendrá cuando pase la Navidad, gestos tan loables como los de esta maestra deben ser imitados. Comparte esta historia con tus seres queridos.