Construir casas con plástico reciclado quizás no sea lo más habitual, pero sí es una opción grandiosa que cobra cada vez más auge para disminuir el impacto económico y ambiental.
El humano ha sido el mayor responsable en la destrucción de la naturaleza siendo el ser más contaminante que habita en nuestro mundo; sin embargo, somos los únicos que podemos poner en reversa el daño que ha sufrido nuestro planeta Tierra.
La ciencia y las industrias van por una tendencia ecológica que han denominado ‘ecoamigable’; esta tendencia adoptada se basa en prácticas y planes sustentables que permitan el uso de materiales que produzcan un menor daño ambiental, también tienden a aprovechar, reutilizar y reciclar todo los recursos y de esa manera reducir la contaminación.
En Argentina, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, mejor conocido como el CONICET, que es una institución destinada a la promoción del desarrollo científico de la nación, está trabajando desde el 2015 en un novedoso proyecto que ha logrado dar frutos, siendo una muy buena noticia para el planeta.
Al comienzo, Rosana Gaggino notó la problemática de la contaminación que sufren las ciudades debido a las botellas de plástico no retornables de las bebidas; de hecho, en Argentina, 12 millones de botellas son desechadas cada 24 horas.
Eso representa una gran cantidad de residuos que genera contaminación ambiental, hay que tomar acciones sobre el consumo responsable antes de que las consecuencias sean irreversibles.
Por esa razón, Gaggino, junto a su equipo de investigación, idearon una manera de eliminar ese problema de contaminación y así lograron convertir la ordinaria basura en ladrillos de polietilen-tereftalato, que pueden ser usados en construcciones.
Son resistentes a cualquier condición climática, son ligeros y se convierten en una alternativa extraordinaria para crear viviendas ecológicas y accesibles.
Usamos PET procedente de envases descartables de bebidas y cemento pórtland como ligante, más un aditivo químico que mejora la adherencia de las partículas plásticas al cemento”, dice Gaggino.
Estos ladrillos no solamente son una buena opción para reciclar, siendo más ecológicos que los usados convencionalmente, sino que pesan menos y funcionan mejor como aislantes térmicos en las viviendas. Al regular la temperatura también producen un ahorro enérgico que además de contribuir con la economía de las familias, contribuye con el ecosistema.
El ladrillo fabricado por Gaggino y su equipo fue todo un éxito y durante el año siguiente el CONICET y el gobierno de Argentina se dedicó a implementar capacitaciones para el uso de los ladrillos PET.
De esa manera, tan solo un año después, en Junín se construyó la primera casa hecha con ladrillos PET de manera exitosa. Y el resultado fue extraordinario, la vivienda es perfecta y tiene un diseño muy bonito además de los atributos que ofrece el material usado para construir la estructura.
Ahora, los ladrillos PET tienen un nuevo propósito gracias a una iniciativa creada por 3 jóvenes de Córdoba; el plan de los tres muchachos es darle un hogar digno a más de 3 millones de personas en ese país, las viviendas serán fabricadas con estos ladrillos ecológicos.
Van a cambiar la vida de muchísimas familias que ahora tendrán la oportunidad de satisfacer sus necesidades básicas y contar con la protección de un techo.
Este plan solo trae beneficios; solucionará el problema de las personas que carecen de una vivienda, usarán una tecnología que no le provocará daño al planeta y reducirá la basura porque los ladrillos permitirán reciclar más de 50 mil toneladas de botellas desechadas por año.
Los chicos creadores de la campaña ‘EcoInclusión’, ellos son Fabián Saieg, Leandro Lima y Leandro Miguez, se han ganado la admiración de todos por su valiosa iniciativa.
Sobre todo en esta época en la que debemos tomar acciones para contrarrestar los daños que sufre el planeta por la contaminación, hay que valorar y replicar este tipo de iniciativas. Aplaudimos el trabajo de este equipo de jóvenes que seguro llegarán muy lejos.