Esta es la historia de Guillem, un niño de tan solo 4 años que desafió a Siri, la asistente de voz de los teléfonos inteligentes iPhone.
Todo comenzó cuando le pidió jugar al Canta Juegos, específicamente le pidió que le cante «Tallarín», a lo que ella contesta que no sabe cantar. Sin embargo, él sigue insistiendo y es así como se desencadena la graciosa conversación que se hizo famosa.
A ratos parece que Siri está perdiendo la paciencia, pero se repone y continúa contestando mecánicamente. Guillem no logró que le cantaran «Tallarín», entonces prueba con otro tema a ver si le canta la de «El sapo Pepe», a lo cual Siri le contesta que ella no sabe cantar. Ha de ser muy confuso esto para un niño, o quizá él entendía bien lo que estaba pasando pero simplemente quería fastidiarla hasta hacerle perder la paciencia.
Guillem es tan paciente o inclusive más que el robot, lo demuestra siguiendo la misma estrategia pero cambiando de tema. Lo siguiente que le pide es hablar con «su yaya», a lo que Siri le contesta que no ubica a la yaya entre sus contactos 😀 Sin embargo, él sigue pidiéndole hablar con la yaya Mari Carmen, a lo cual Siri repite que o comprende lo que están solicitándole. Él inclusive le dicta el número telefónico pero esto no resuelve la graciosa disputa.
Después ocurre lo más gracioso, Siri se refiere a él con el nombre de Álvaro –su papá– ya que el móvil le pertenece a ese usuario. Al niño no le importa de quién sea el móvil, él está teniendo una conversación y le recuerda a su interlocutora que su nombre es Guillem, ella asume que quiere ser llamado así y accede a hacerlo, a lo cual el contesta «vale, entonces te llamaré Paula, mi madre se llama Marta».
Como él sigue pidiéndole el Canta juegos del Sapo Pepe, ella termina por contestarle «mira lo que he encontrado en Internet sobre Pepe», a lo cual el le pregunta en tono de impresión «¿Pepe?».
Los niños tienen algo que los humanos van perdiendo con el pasar del tiempo: una gran imaginación. Su inocencia les permite explorar las cosas sin predisposiciones ni opiniones preconcebidas. Cuestionan lo que está a su alrededor de la forma en que Guillem entabló una conversación con Siri como si se tratara de un ser humano, porque ciertamente es una voz que se está dirigiendo a él… Puso así en evidencia los límites de la máquina frente al humano.
Guillem nos ha enseñado a todos una gran lección que vale la pena comentar. Te invitamos a compartirla con todos tus amigos.