Enfrentar la pérdida de un padre es uno de los golpes más difíciles de la vida, en cualquiera de sus etapas. Nunca se está preparado para perder a unos padres, tengas la edad que tengas. Con el tiempo se atesora y se valora cada momento y existe un vínculo de amor y amistad inquebrantable.
Cuando somos adultos finalmente comprendemos todos los terribles episodios que les generamos en nuestra adolescencia y entendemos a la perfección que todo lo han hecho por amor y procurando cada día garantizarnos la felicidad.
Lisa Schmidt es una reconocida bloguera que compartió su conmovedora experiencia y desde su perspectiva nos regala una lista de las cosas que nos cambian en la vida cuando perdemos a un padre.
Ella perdió a su madre de forma inesperada y a su padre con bastante rapidez después de un diagnóstico de cáncer. “Mi mamá era la única persona que podía ver en mi alma, ella me enseñó lo que significaba la humanidad, la empatía, y la generosidad.
Mi padre era una de las personas más indulgentes que he conocido, tenía sarcasmo en sus palabras si querías escuchar algo honesto simplemente le preguntabas”, comenta Lisa.
El duelo se trata en etapas, pero nunca estamos preparados para que transcurran, hay 10 cosas que Lisa describe que cambiaron en su vida después de tan irreparable pérdida.
1.- Mi teléfono nunca está a más de un metro de distancia de mí a la hora de acostarme porque la última vez que lo hice me perdí la llamada que me avisaba que mi madre había muerto.
2.- Solo de pensar en la partida de mi madre, caía enferma. Me pasaba hasta muchos meses después de que perdió la vida. Tengo hermanos, marido, amigos, hijos… pero nadie me entiende como ella.
3.- Sus partidas devastaron por completo al resto de la familia, hice lo posible por honrar sus deseos, la carga para mí era inmensa pero comprendí por qué me eligieron, me hizo más fuerte como persona, así que estoy agradecida.
4.- No cambiaría mi tiempo con ellos por nada del mundo. Es muy duro lo que voy a decir, pero a veces pienso que hubiera sido más fácil si hubiera enfrentado su partida siendo más joven, tendría menos recuerdos.
5.- No se quejen de sus padres frente a mí, solo recibirán mensajes sobre gratitud y aprecio. Hay que valorar lo que hacen, decir “gracias, te quiero, perdón”, luego puede ser tarde.
6.- Es como ser una viuda, un “club” al que no quiero pertenecer ¿Dónde puedo devolver esta membresía no deseada por favor?
7.- Otros miembros del club son realmente las únicas personas que pueden comprender de verdad lo que se siente, no hay manera de explicarlo.
8.- La vida continúa, pero incluso pasados muchos años, habrá momentos en los que te descompones y entre llanto recuerdas todo lo vivido como si hubiera sucedido ayer. Nunca dejarás de echarlos de menos.
9.- Cuando ves a tus amigos o incluso extraños con su mamá o su papá, puedes sentir algo de celos. Es muy doloroso que tu madre ya no esté allí para planificar tu baby shower, los grandes acontecimientos de la vida nunca volverán a ser iguales… Por no hablar de las fiestas de Navidad.
Aquí me siento 8 y 10 años más tarde y todavía hay veces que me muero de ganas de hablar con ellos por teléfono para contarles cuando sucede algo emocionante, pero luego la realidad me golpea duro y me digo: “Rayos, no puedo llamarlos”.
Sus partidas me han cambiado para siempre la manera de ver el mundo, en una rara forma me ha hecho mejor madre. Soy muy consciente de lo que los recuerdos pueden representar para mi hijo y cómo impactará su vida mientras estoy en esta tierra. Él merece saber lo mucho que es amado y cuando yo me haya ido, lo que le enseño e inculco ahora, será mi legado.
¡Comparte este emotivo mensaje! Y si todavía vive tu papá o tu mamá, recuérdales cuanto los amas y que sin ellos nada será lo mismo!