Lamentablemente no todos los padres saben amar sin condiciones a sus hijos y reconocer el compromiso que implica velar por su bienestar.
Es responsabilidad absoluta de los padres garantizar que se cumplan los derechos de los seres que traen al mundo, así como su salud física y emocional. Pero algunos la evaden, y millones de niños alrededor del mundo tienen que enfrentarse a las dolorosas consecuencias del abandono y la negligencia.
En muchos casos, si los bebés son diagnosticados con una condición especial o enfermedad son rechazados. Tal como le pasó a este bebé, desde que su mamá supo que tenía Síndrome de Down decidió abandonarlo.
Para ella, la mejor opción era ofrecerlo en adopción a un hogar de acogida para que otra familia o alguna institución se hicieran cargo de él. Tener un hijo con esa condición genética implicaba un problema para esta madre, un problema tan grande, que era más fuerte que el amor que debería prevalecer en su corazón. Y también, podía más ese problema que la responsabilidad que tenía de atender y criar a su hijo.
Pero el padre del pequeño, llamado Misha, no estaba dispuesto a aceptar que su bebé fuera abandonado. Así que se hizo cargo de él, aunque la madre no lo acompañara.
Evgeny Anisimov, es un padre soltero de Rusia que le ofrece a su hijo su amor y protección cada día.
Relató que Misha era un bebé muy deseado y esperado, él se preparó junto a su esposa para recibirlo e incluso sus seres más queridos estuvieron presentes en su nacimiento.
Después permanecer varias horas en trabajo de parto, finalmente Misha nació y sus padres pudieron escucharlo llorar por primera vez.
Celebraron la bienvenida del pequeño, pero minutos después los invadió el temor y la incertidumbre porque escucharon a los médicos decir que su bebé tenía una condición genética.
“Me temo que su bebé tiene Síndrome de Down”, dijo uno de los médicos en la sala de parto.
Además, a Misha le diagnosticaron neumonía y los médicos lucharon por salvar su vida.
La madre de Misha no se sentía preparada para criar a un niño con necesidades especiales, desde el primer momento planteó la idea de enviarlo a un orfanato, insistió en deshacerse de él.
Pero Evgeny se negó a dejar a su hijo, a pesar de que encargarse del bebé implicara divorciarse y desintegrar a su familia estaba dispuesto a hacerlo sin dudarlo ni un segundo.
Así fue, la pareja se separó y él comenzó su rol como padre soltero.
El primer reto al se que enfrentó fue el de la lactancia materna.
Por suerte, Misha se recuperó de la neumonía, Evgeny lo llevó a su casa y con todo el amor del mundo se encargó de él.
Recibió el apoyo de muchos familiares y amigos, e incluso encontraron una mujer que fue donante de leche materna.
Misha pudo ser alimentado con ese líquido vital para el sistema inmunológico de los bebés, recibió los nutrientes que requería y muchísimo cariño.
Cuando Misha permaneció en estado crítico en el hospital se aferró a la vida y con el amor de su papá está decidido a tener días muy felices.
Aunque no es fácil para este padre satisfacer las necesidades del pequeño y encargarse solo de las labores del hogar y su trabajo ha contado con la ayuda de su madre.
Cada día, la rutina de Misha se basa en juegos para estimular su desarrollo físico y motriz, además, recibe masajes, clases de natación y ejercicios para el desarrollo muscular que en los pacientes de Síndrome de Down suele ser bajo.
Evgeny jamás se arrepentirá de la decisión de quedarse junto al ser que trajo al mundo.
Él sabe que el amor verdadero no conoce condiciones, y si su bebé nació con una condición especial fue para enseñarle a ver la vida desde otra perspectiva, pero jamás para tener un motivo para rechazarlo.
Si bien la crianza de un niño especial es un desafío diferente, no hay nada que impida ofrecerles una vida plena y feliz.
Evgeny confía en Misha, está complacido de su evolución y continuará con las terapias y estimulaciones para darle la mejor calidad de vida posible.
El padre asegura que diariamente trabaja sin descanso para jugar con su hijo, leerle cuentos, y potenciar su lenguaje y motricidad.
Misha cuenta con su padre, su abuelita y otros familiares dispuestos a verlo sonreír, y a acompañarlo durante toda su vida.
Saben que él es igual de valioso que otro ser humano y que ese cromosoma extra que tiene es simplemente un indicio de que posee un corazón puro y noble.
Nadie debería subestimar a las personas nacidas con Síndrome de Down, la reacción de esta madre ha sido condenada por miles de personas que aplauden el comportamiento de Evgeny.