En cuanto Harry Newman y su esposa Kayleigh Arber recibieron la noticia de que se convertirían en padres, comenzaron a planificar los siguientes meses de su vida. Como muchos, los nueve meses de embarazo resultan vitales para poder realizar compras esenciales, realizar algunos cambios en la casa y prepararse tanto como sea posible.
Harry tiene 25 y su esposa 26.
Como pasaron estos meses en cuarentena y sin la posibilidad de salir tanto como les hubiese gustado, la pareja decidió tomarse las cosas de manera más creativa. Harry siempre ha sido particularmente bueno trabajando con madera y haciéndose cargo de un sinfín de proyectos de reparaciones.
La pareja vive en las afueras de la ciudad de Cambridge en el Reino Unido.
Fue así como decidió aprovechar sus habilidades para hacer una cuna muy original y además ahorrar algo de dinero en el proceso. Newman hizo una pequeña investigación y finalmente obtuvo la inspiración necesaria para saber lo que quería hacer. Todo lo que necesitaba era un viejo barril de whisky y un par de herramientas.
Al principio lo cuestionaron por ofrecerle a su bebé una cuna hecha con este material tan rudimentario en lugar de buscar algo sublime y delicado. Pero a él no le importaron las críticas.
“Siempre he sido muy práctico. Mi papá me enseñó a trabajar con un sinfín de materiales y herramientas. Espero que yo también pueda enseñarle esto a mis hijos”, explicó Harry.
Antes de darse cuenta, Harry ya se encontraba profundamente concentrado en su proyecto. Durante un par de semanas se olvidó del resto del mundo y pasó sus días de cuarentena de una manera verdaderamente productiva. Se trata de algo original y cómodo para el futuro bebé.
“El proyecto fue muy sencillo pero las cosas a veces se dificultaban especialmente al trabajar con las partes curvas”, dijo Harry.
Una de sus prioridades era que todo fuese seguro para su bebé. Se tomó varias horas para asegurarse de limpiarlo todo.Una vez que terminó la forma de la cuna, buscó colchones a la medida que necesitaba y finalmente pudo ver su proyecto listo.
Estaba tan orgulloso del resultado que decidió compartirlo a través de las redes sociales. No podía imaginar que se convertiría en un verdadero éxito.
En total Harry empleó cerca de 50 horas de trabajo para hacer la cuna.
La publicación se volvió viral y muchas personas lo contactaron para ver si la cuna estaba a la venta. Todos han quedado encantados con el gran talento de Harry y le están pidiendo que realice nuevas versiones de cuna para poder comprarlas. Por ahora, él se encuentra feliz esperando la llegada de su bebé.
¿Habías visto una cuna como esta? Pocos hubiesen imaginado que un barril de whisky podría convertirse en una cuna tan bonita. No te vayas sin compartirla.