Letyy McMaster tenía 18 años cuando planeó un viaje durante un mes para ser voluntaria en un orfanato en África, sin embargo, nunca imaginó que ese viaje cambiaría su vida para siempre y terminó quedándose durante tres años para ayudar a los niños que conoció en la casa de acogida.
Letty es de Tunbridge Wells, Reino Unido.
Siete años después de su llegada se convirtió en la tutora legal de los nueve niños del orfanato cuando este cerró sus puertas, así como otros cinco que rescató de las calles. Letty dijo:
“Siempre tuve en mente que quería ayudar a los niños de la calle, pero nunca esperé terminar haciendo todo esto. Estos niños son toda mi vida, los crío a todos por mi cuenta y me mantienen en largas horas haciendo malabares con todos”.
Letty comenzó una larga pelea legal en el 2013 cuando descubrió que los niños estaban siendo abusados física y mentalmente por el personal del orfanato.
Afirma que quienes trabajan en la institución tomaban el dinero donado por los turistas para los niños y sometían a los menores a lamentables situaciones, incluso muchas veces los niños solo eran alimentados una vez al día. Al respecto comentó:
“El abuso por el que estaban pasando los niños en el orfanato era terrible, vi el impacto que tuvo en los niños y supe de inmediato que algo tenía que cambiar. No podía dejarlos en esa situación, así que mi nuevo objetivo era conseguirles un hogar, una familia”.
En el 2016 el orfanato cerró sus puertas, desde entonces Letty luchó por abrir su propia casa de acogida para los nueve niños que se quedaron sin hogar y para otros cinco que rescató.
Creó una organización benéfica llamada Street Children Iringa. Desde que los niños están bajo sus cuidados han prosperado y experimentado el amor de una verdadera familia.
“Desde que tuvieron un lugar al que llaman hogar, todos se han destacado en educación y en todos los aspectos de sus vidas. Obviamente se necesita más tiempo para adaptarse a la casa después de las experiencias traumáticas que vivieron, puede llevar un poco de tiempo llevarlos a la vida familiar, la rutina y dejar atrás el comportamiento de la calle. Sin embargo, ver su impulso, determinación y éxito es lo que hace que valga la pena todo el equilibrio que tengo que hacer”.
Causas como estas merecen todo el apoyo del mundo, si deseas colaborar con esta causa puedes hacerlo aquí. Gracias Letty, por devolverle la esperanza a estos niños y ser luz en medio de las tinieblas.
Los niños son la mejor esperanza para el futuro, seamos el mejor ejemplo y participemos en sus alegrías. ¡Comparte!