Las posibilidades de tener cuatrillizos idénticos son de tan solo uno en 15 millones. Suena como algo prácticamente imposible así que Taylor Becher y Lance Thompson quedaron boquiabiertos cuando recibieron la noticia.
“No podía creer lo que me estaba diciendo mi ginecólogo”.
Los padres ya tenían un bebé de 21 meses y quedaron muy felices al saber que pronto le darían una hermanita. Sin embargo, las ecografías revelaron más y más bebés. Pensaron que eran gemelos, luego que podían ser trillizos y finalmente vieron con claridad a las 4 pequeñas.
“Tenía miedo al saber que había tantos bebés dentro de mí”.
La vida de Taylor dio un enorme giro. Su mayor preocupación era velar por la salud de todas las bebés. Después de todo, los embarazos múltiples pueden resultar algo delicados así que tuvo que pasar la mayor parte del proceso de gestación en cama.
Recibieron la noticia durante el ultrasonido de la octava semana de embarazo.
Una vez que alcanzó las 31 semanas y seis días comenzó la labor de parto. Ingresó a emergencias y las bebés nacieron a través de una cesárea.
La bebé más pequeña es Lakely y pesó 952 gramos. La más grande fue Sawyer y alcanzó un kilo y medio.
“Había veces en las que hacía búsquedas de Google y sólo terminaba más estresada. Lance era el único que lograba mantenerme calmada. Me decía que todo saldría bien”.
Los meses anteriores fueron realmente difíciles. La dedicada madre no hacía más que temer lo peor pero gracias al apoyo de su pareja logró enfocar su mente y simplemente descansar por el bien de sus bebés. Afortunadamente, el nacimiento de Sawyer, Kennedy, Aurora y Lakely fue todo un éxito.
“Estábamos preocupados por Lakely porque pasó todo el embarazo pesando menos que las demás. Sin embargo al nacer todas necesitaron asistencia respiratoria menos ella”.
La familia no cabía en sí de felicidad. Jamás habían imaginado que tendrían que lidiar con un embarazo múltiple pero ahora se encuentran ansiosos de volver a casa para celebrar por todo lo alto la llegada de las hermanitas.
La familia vive en Minnesota, Estados Unidos.
Ahora, la mayor preocupación es que Linden, el hermano mayor, no se sienta celoso con la llegada de sus hermanas.
A lo largo del embarazo siempre mostró todo su apoyo y adoraba dar besos a la barriga de su mamá como una manera de saludar a las bebés que venían en camino. Hasta los momentos, Linden no ha logrado conocerlas porque la cuarentena y la situación por el coronavirus no le permiten entrar al hospital.
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