Dentro del colectivo LGTBI, si hay un grupo poco conocido, ese es el de los padres gestantes: hombres trans, personas no binarias del espectro masculino, quienes no han sido sometidos a cirugías que conlleven esterilización y que, en algún momento de sus vidas, deciden dar a luz a un hijo.
Este es el sonado caso de Rubén Castro, proveniente de España. Educador de profesión, convulsionó a las redes sociales como papá gestante, al dar a luz a su primer bebé, de nombre Luar, el pasado sábado 1 de mayo. Así lo anunció con bombos y platillos a través de una publicación en las redes sociales.
El joven de 27 años, quien actualmente se forma en el área de la educación social, en Madrid, se dio a la tarea de documentar con fotos y vídeos el proceso cabal de su gestación. Siempre tuvo muy claro que su mayor anhelo era ser papá.
Tal y como aseguró el orgulloso Rubén, decidió congelar sus óvulos y no se ha realizado la mastectomía, para evitar poner en riesgo su fertilidad. Asegura que no quiere perderse la experiencia de amantar él mismo a su pequeño retoño.
Tras varios intentos por quedar embarazado, a partir de un complejo proceso de inseminación artificial, finalmente, Rubén pudo ver cumplido su sueño de poder ver nacer de sus entrañas a su amado Luar.
«Luar ha llegado. Perdonen el silencio, la ausencia y el no contestar a todos sus mensajes, estaba dándole la bienvenida al mundo a esta preciosidad que tengo por hijo«, afirmó Rubén.
A pesar de la felicidad que le embarga, Castro ha sido objeto de numerosas críticas, no solo durante su proceso de transición, sino también en el de la gestación de su hijo, pero, esto lo atribuye a la simple desinformación, así como a los prejuicios sociales que existen sobre las personas trans.
Ante los señalamientos, él responde que todos tienen derecho de formar una familia sin importar su condición y apuesta por una sociedad más inclusiva.
«Me gustaría que mi experiencia sirviera en la educación, o en ámbitos como el laboral o sanitario para que, si encuentran a una persona trans, tengan una base y sepan lo que es importante en estos casos. Se trata de allanar el camino al resto, porque es una realidad harto desconocida”, añadió.
Luar nació en la misma fecha del padre de Rubén, lo cual este considera un tributo a su memoria. Este hombre joven, pero muy decidido a lograr su objetivo, tuvo que sortear las miradas extrañas, los comentarios, a menudo soeces, así como el recelo social y sanitario que generó en su momento su condición de hombre encinta.
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El nombre del bebé significa “resplandor de la luna”, en gallego. Definitivamente, este niño llegó como una recompensa a su padre, quien tuvo que vivir tantos sinsabores para tenerlo por fin a su lado.
Aunque aún no tenga conciencia de ello, de seguro en unos pocos años, Luar sabrá de su mediática historia, ya que su padre se convirtió en el primer hombre trans que ha querido contar abierta y detalladamente su proceso de gestación de la criatura.
Comparte esta historia con tus mejores amigos. Rubén está feliz de haber roto las barreras y los prejuicios acerca de un papá trans.