¿Cuántas personas conoces que tienen el hábito de morderse las uñas?… Tal vez eres una de ellas. Te has preguntado alguna vez ¿cuál podría ser la razón de hacerlo?
No es un secreto para nadie que las uñas son como pequeños depósitos de bacterias y aun así es muy común ver a una gran cantidad de personas morderse las uñas. Se estima que entre el 20 y el 30 por ciento de la sociedad lo hace.
Morderse las uñas se ha convertido en una costumbre socialmente aceptada
Los motivos por lo cuales cualquier persona, sin importar el estrato social, la raza, ni el color de la piel se muerde las uñas pueden ser muchos, sin embargo la razón científica de este comportamiento aun es objeto de estudio.
Muchos mantienen la creencia de que es una señal de nerviosismo o de ansiedad, pero las investigaciones no dan por cierta esta hipótesis.
Las personas también se muerden las uñas cuando están aburridos, con alto grado de frustración, con mucha hambre o con mucho estrés por la elaboración de alguna difícil tarea.
Algunas de las personas lo hacen sin medir la fuerza y se causan daño.
Aunque tengan un poco de dolor e incluso sangre sienten placer. Lo consideran como gratificante.
A Tracy Foose, profesora asociada de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, San Francisco UCSF, también le encanta morderse las uñas y dice que lo hace porque le gusta, «Se siente relajante cuando lo hago».
Kieron O’Connor, profesor de Psiquiatra en la Universidad de Montreal, comenta que la teoría “soothing” hace referencia que cuando las personas perfeccionistas experimentan una frustración se muerden la uñas y consiguen un estado mayor tranquilidad.
Otra razón que manejan algunos investigadores para esta mala costumbre es la predisposición genética. Casi la mitad de los mordedores de uñas tienen un miembro de la familia que también lo hace, según comenta Shari Lipner, investigador del tema y profesor asistente de dermatología en Weill Cornell Medicine.
Tracy , comenta que no está muy claro sí morderse las uñas comienza en una edad temprana o es fácil para los niños caer en este mal hábito porque la parte del cerebro que es responsable de la toma de decisiones, como lo es la corteza prefrontal, aún está en desarrollo.
La corteza prefrontal subdesarrollada significa que los niños son más impulsivos que los adultos y las presiones sociales no les afectan tanto.
En el 2012, la Asociación Americana de Psiquiatría decidió incluir la acción de morderse las uñas y otras conductas de aseo patológicos como pellizcar la piel y halar el cabello, cómo trastornos obsesivo compulsivos (TOC).
Sin embargo, algunos psiquiatras no están de acuerdo con la decisión, ellos argumentan que aunque es cierto que los mordedores de uñas a veces tienen otros trastornos psiquiátricos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el trastorno de ansiedad por separación, el TOC es una obsesión y ansiedad impulsada, mientras que morderse las uñas no lo es.
Lo cierto es que cualquiera que sea la definición médica de morderse las uñas, se trata de un comportamiento que puede tener muchas consecuencias no deseadas sobre la salud.
Es malo para los dientes y la mandíbula, es un gran “caldo de cultivo para las bacterias» incluyendo E. coli. Las bacterias pasan al interior del cuerpo y pueden generar problemas gastrointestinales, como náuseas y diarrea.
Las verrugas y herpes también pueden transmitirse desde la boca hasta los dedos y viceversa.
Morderse las uñas puede causar gingivitis y mal aliento.
Son razones suficientes para querer detener este comportamiento, muchas personas lo han intentado con esmaltes amargos, con manicura, con pimienta incluso los más osados han usado un dispositivo que proporciona descargas eléctricas.
El uso de guantes o envolver las uñas en cinta o tiritas de papel puede funcionar sin embargo es algo incómodo a la hora de trabajar. La relajación y la meditación, son técnicas utilizadas para el tratamiento de los perfeccionistas.
Comparte con tus amigos y familiares, sobre todo si se muerden las uñas. Es un tema serio, y bien vale la pena intentar detener esta práctica.