El funcionamiento de nuestro organismo, a veces, parece ser un verdadero misterio y es que, aunque durante años se han dedicado científicos se han dedicado al estudio de la humanidad y de su salud, hay situaciones que aún desconciertan a los profesionales más sabios del tema.
Hace unos días, un hombre llegó a la emergencia de un hospital de Princesa de Gales y sorprendió a todo su personal médico y enfermero por su inusual caso.
Un hombre de 40 años, padre de tres hermosos niños y aficionado al cuidado personal y al deporte, desarrolló un raro trastorno llamado Síndrome de Guillian-Barré, una condición en la que el sistema inmune ataca a los nervios.
David Braham jamás imaginó causar tanto impacto en la sala de emergencias de un hospital y mucho menos pudo creer que lo que estaba viviendo fue la consecuencia de una rica comida que, sin duda, se convirtió en una total pesadilla.
Todo comenzó dos días antes de ir a un partido de rugby de su hijo. El hombre, quien era instructor de manejo, atendería a un joven en su examen de conducir a la hora de la comida; así que, él decidió comer un pollo al curry en un restaurante de comida china.
Él devoró hasta el último trozo de su plato, pero no imaginaba el daño que desencadenaría en su organismo desde ese momento.
Braham pasó toda su noche con malestar estomacal y el fin de semana su salud fue desmejorando. Al momento de llegar al partido, Braham ya no se sentía nada bien y es que en él se estaba produciendo una intoxicación provocada por la gran cantidad de curry que ingirió.
El curry, el famoso condimento utilizado en la comida asiática, estaba acompañado con la bacteria llamada Campylobacter, produciendo una intoxicación y a su vez haciendo que sus células nerviosas se dañasen, lo que ocasionó una parálisis ascendente.
Así que, en medio del partido, Braham quedó paralizado desde sus pies hasta la mitad de su cara, la sensación de hormigueo era generalizada en todo su cuerpo y la incapacidad de realizar movimientos era evidente.
Por esa razón, Braham fue trasladado desde el Liberty Stadium hasta el Hospital de la Princesa de Gales donde tuvieron que inducirlo al coma para poder salvar su vida.
Durante 4 meses, el hombre no podía ni hablar ni moverse, y funciones como la respiración las realizaba gracias a un ventilador mecánico. Los 4 meses siguientes, el hombre estuvo en tratamiento médico y en sesiones de fisioterapia, terapia acuática y terapia ocupacional.
Antes de que lo supiera, estaba literalmente encerrado en mi propio cuerpo. Fue absolutamente aterrador”, comenta David, después de varias semanas de ardua recuperación que lo ayudaron a hablar.
La primera vez que Braham fue a su casa desde del incidente en abril, fue el pasado 8 de diciembre. Lo único que él quería era pasar Navidad con su familia que tanto lo añora en su hogar y disfrutar de ver a sus tres hijos abriendo sus regalos debajo del árbol.
Sin duda, esta nota es una alerta para muchos sobre el cuidado y la atención que debemos prestar a nuestro cuerpo hasta en el más mínimo detalle, porque un pequeño desajuste puede llevar abajo a la perfecta máquina que somos.
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