Mientras George Washington descubría oro en Bonanza Creek, nacía en Chicago, Estados Unidos, el escritor integrante de la “generación perdida”, John Dos Passos, y fallecía en Italia el químico e industrial sueco Alfred Nobel, inventor de la dinamita, en aquel año de 1896, también vería la luz nuestro protagonista, quien todavía sigue vivito y coleando.
Se trata de Manuel García, un venerable anciano oriundo del poblado de Tlapacoyan, en el estado de Veracruz, México, quien con 124 años hoyando en vida este planeta, ya ha caminado tres siglos consecutivos: los XIX, XX, y XXI de nuestra era.
Y es que, realmente en estos tiempos en que vivimos, el hecho de que alguien llegue hasta los cien años es toda una proeza, pero lo de don Manuel, quien nació la víspera de Navidad de aquel año tan lejano, es algo que no tiene parangón. Más de 120 años de edad es, sencillamente, un récord excepcional que solo pocos pueden ostentar.
Don Manuel tiene una memoria prodigiosa para su edad. Recuerda que le tocó vivir la época de la Revolución mexicana y algunos de los combates que se desarrollaron en su pueblo natal. De niño veía aterrado las matanzas muy de cerca.
Son recuerdos muy vívidos para don Manuel, ya que perdió a un hermano en uno de estos devastadores combates, concretamente el escenificado el cerrito de Guadalupe. Para ese momento, el ejército de Venustiano Carranza quería llevarse a su padre como prisionero, pero, gracias a su intervención, no lo lograron.
“En Tlapacoyan, ahí fue la mortandad en el cerrito de Guadalupe. Puso la avanzada Zapata y el otro, ¿Cómo se llama?, Carranza y agarraban la gente ahí. Mataron a un hermano de nosotros. Estaría yo, me acuerdo, yo empecé a chillar para que no se llevaran a mi papá y ya dijo el mandón de Carranza, ‘ya, ya lárgate’”, recordó el ancianito.
También asegura que tenía apenas unos doce años cuando falleció su padre y, desde entonces, quedó bajo la tutela de sus dos tíos. En la actualidad, don Manuel García es el último vestigio de su familia. Dice que su secreto para la longevidad ha sido el trabajo, la buena alimentación y evitar la juerga.
“Tenía como doce años cuando se murió mi papá, pero quedaron los tíos para corregirnos. Mi hermano se murió también. De toda la familia, solo yo quedo. Lo bueno es que él nos dio buen ejemplo para trabajar. A comer y a dormir, parrandas no”, añadió don Manuel.
A lo largo de su vida, entre otra infinidad de sucesos históricos, le ha tocado presenciar la llegada de la luz eléctrica, los primeros automóviles, la evolución del teléfono, dos guerras mundiales y ahora, por si fuera poco, la actual pandemia por coronavirus.
According to his birth certificate and official Mexican ID, Manuel Garcia Hernandez is 121 years old – but he has never bothered calling the people at Guinness World Records to make it official pic.twitter.com/CiqUb7vUca
— AFP News Agency (@AFP) May 18, 2018
Es mucho lo que tiene que contar y enseñar a sus 30 nietos y 40 bisnietos. Desde hace 11 años vive en Ciudad Juárez, Chihuahua, ya que, tras la muerte de su esposa, Rosa Medino, con quien estuvo casado durante 70 años, decidió irse a vivir con su hija Tomasa García.
Tomasa se siente feliz de tener un papá de esa edad tan bonachón. Dice que no presenta graves problemas de salud, solo una pequeña tos pertinaz que le acompaña. Por su parte, el ancianito bendito solo ruega porque la vida continúe y la pueda seguir disfrutando como hasta ahora.
A pesar de que don Manuel tiene algunos problemas de sordera, desde acá le decimos: ¡que sean muchos años más don Manuel! Comparte esta historia con tus seres queridos.