Dentro de los más altos valores del ser humano, en términos éticos y morales, uno de los más importantes es el de la caridad. Supone ayudar al pobre, al necesitado en cualquier carencia u orden de la vida. Ceder un asiento, ayudar a alguien a cruzar una vía, a llevar una carga, dar limosna, alimentar y dar de beber al sediento, son ejemplos de caridad.
Es una actitud personal que implica comprender a los demás, especialmente con relación al sufrimiento ajeno. Se siente el impulso de ayudar al necesitado y dicho impulso se traduce en una acción concreta que, como en el caso de nuestra historia, trasciende la propia vida y sigue dando frutos aún después de la muerte.
Y es que después de siete años de haber fallecido, una misteriosa multimillonaria malaya dejó una buena parte de su fortuna dedicada a ayudar orfanatos. Pero, lo curioso del caso es que, en lugar de hacer un pago único, la mujer decidió colocar el dinero en un fideicomiso para ser reinvertido y que continuará generando dividendos después de que ella ya no estuviera.
De esta manera, la anciana identificada simplemente como Madame W, se aseguró de que su generosidad se mantuviera años después de su muerte, a través de donaciones permanentes que son entregadas a los diferentes centros de adopción una vez al año, en un maravilloso ciclo que con suerte nunca terminará.
Por su parte, el fideicomisario de Rockwills Bhd, que fungió como fideicomisario en la última voluntad y testamento de la testadora, ha dicho que la identidad de la mujer permanece sin revelar debido a razones de confidencialidad.
“Mantenemos la identidad de la persona en secreto, tal y como lo dejó expresado en su última voluntad”, dijo el funcionario.
En otras palabras, a Madame W no le interesaba obtener el crédito por su gesto de altruismo a toda prueba, sino que prefirió dejar dejaba que su acto de bondad hablara por sí mismo. Y es que, desde su muerte, las donaciones han ascendido a la asombrosa cifra de 1.1 millones de ringgit malayos (unos 263.000 dólares americanos).
Las ganancias en inversiones este año superan los RM190.000 (44.000 dólares estadounidenses), las cuales fueron entregadas a 20 orfanatos diferentes en una ceremonia celebrada en la oficina de la compañía en el edificio Menara AmFirst en Petaling Jaya el pasado 13 de agosto.
Cada uno de los 20 hogares, que incluyeron Good Samaritan Home, Rumah Bakti Dato Harun, House of Joy y Desa Amal Jireh recibió RM9.465.20 (unos 2.700 dólares), beneficiando a un total de 1.100 huérfanos y continuando el legado de Madam W casi una década después de su fallecimiento.
“Madam W había querido hacer más que simplemente dar parte de su patrimonio de 6 millones de ringgit cuando murió”, dijo el director ejecutivo de Rockwills Trustee Bhd, Azhar Iskandar Hew.
La noble y generosa mujer redactó su testamento con la intención de hacer algo diferente y grandioso con su riqueza. ¿Quiénes mejor que los niños huérfanos y sin hogar para recibir este patrimonio que contribuye a paliar sus necesidades y mejora su calidad de vida? Una historia realmente increíble, la verdad.
Actos de caridad como este no se ven muy a menudo. Sin embargo, cada año, los orfanatos se abren a una gama más amplia de beneficiarios, independientemente de su raza y su religión.
Un ejemplo de un plan patrimonial bien formulado que debe ser considerado, multiplicado y dirigido a los sectores de la sociedad que más lo necesiten y lo merezcan. Comparte esta hermosa historia con tus familiares y amigos.