Seguramente en más de una ocasión has escuchado sobre incidentes causados por dejar niños o mascotas en el auto sin supervisión. En la mayoría de los casos los resultados son fatales, los padres deben asumir no solo una larga condena sino cargar con el remordimiento de conciencia.
La familia vive en Carolina del Sur, condado con mayor número de muertes por autos calientes.
Erin Holley, es una mujer que por poco tiene un triste desenlace al dejar su bebé en el auto, el incidente ocurrió un día caluroso de junio cuando ella y su familia se mudaban a otra casa. Su esposo viajaba en otro auto con su hijo mayor y Holley con su hijo Finn de 4 semanas.
Cansados por la mudanza decidieron tomar un descanso y llevar a los niños al parque.
Holley comenta que estaban privados del sueño y que en algún momento trasladaron a los dos niños a un auto. Cuando llegaron al parque fueron a cambiar el asiento del bebé pero se dieron cuenta que su hijo menor no estaba. La desesperación y la angustia se apoderaron de la madre.
En Estados Unidos mueren 38 niños cada año por golpe de calor dejados en el auto.
Los padres creían que todos estaban en un solo auto para ir al parque, pero evidentemente no fue así, el bebé de 4 semanas se había quedado en el otro automóvil estacionado a unos 10 minutos del parque.
Ese día la temperatura estaba a 31 grados, así que temerosos corrieron al auto y llamaron a los paramédicos mientras iban en camino.
Cuando llegaron al auto todavía estaba fresco y el pequeño Finn estaba durmiendo.
En ese momento Holley comprendió que eso le puede pasar a cualquiera, por lo que se comprometió a difundir su historia y promover la Ley de Autos Calientes, proyecto que está en vigencia desde el 2017 con el apoyo de la organización «Kids and Cars».
La ley exige que todos los vehículos deban tener un sistema auditivo y visual que advierta al conductor de revisar los asientos traseros después de apagar el auto.
La tecnología debe ser parte de la solución.
Holley y su esposo al principio no querían contarle a nadie sobre lo que vivieron, les parecía vergonzoso, pero al enterarse del gran número de incidentes desgarradores que ocurren en su comunidad, decidieron participar en la misión «Kids and Cards» para ayudar y prevenir este tipo de tragedias.
Las muertes en coches calientes son una forma de conducción con distracción que con frecuencia se pasa por alto.
Para Holley no basta con que las familias tengan sus propios métodos para revisar el asiento trasero, es necesario emplear tecnología para alertar a los padres y salvar más vidas. En medio del cansancio y el apuro se puede olvidar aquellos angelitos que les dimos vida y que tanto amamos.
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